LIMPIO. Las arrugas en sus manos parecen no estar “a tono” con la agilidad que demuestran. Solo basta una mirada a un manojo de pindó para que el arte comience a brotar de entre sus dedos. A leguas se nota que es una obra que ya la vivió miles de veces en su vida. Y doña Isabel Mendieta deja en claro que es así.

“Hace mucho que hago esto. Tengo 86 años y desde chiquita que me gustó”, dice entre orgullo y satisfacción con una sonrisa que le da brillo a unos ojos que con firmeza asientan que lo que dice es verdad.

Las canas que visten su cabeza también se formaron al ritmo de este trabajo que nació como una forma de “acompañar” a sus papás, quienes se dedicaban también a esto. “Nací y me malcrié en Limpio, toda mi vida está acá y siempre hice sombreros. Me gusta mucho y ahora más que nada hago para distraerme nomás ya”, decía ña Isabel dejando salir una leve sonrisa.

Contó que durante mucho tiempo intentó hacer la famosa pantalla pero que nunca le gustó, ya que tiene mucho más trabajo y no sale tan bien como el sombrero piri que se puede llevar a todos lados.

“El sombrero es más práctico, sacás y llevás a todos lados. No importa si sale el sol o no. Encima es lindo mi sombrero (risas)”, decía ña Isabel colocándose por la cabeza una de sus obras y resaltando su incansable labor.

Es madre de 7 hijos que la cuidan y la tienen muy bien. La “pelea” es para que ella deje de trabajar, pero ella no quiere abandonar la labor que a lo largo de su vida vino realizando.

“Todos mis hijos me tienen vienen, no quieren más que trabaje, pero yo quiero porque si no hago nada, ¡¿qué me voy a quedar a hacer!? Y como no es trabajo pesado hago de a poquito todo”, terminó diciendo la doña poniendo a un lado uno de sus tantos sombreros.