ÑEMBY. Entre el canto de las cigarras y el ruido de los pasos entre las piedras, sumándole a ello el paisaje maravilloso que brinda la cantera del cerro de Ñemby, se realizó dentro de la Semana Santa un viacrucis que posicionó al lugar como una opción de convertirse en un sitio turístico para cada vez que se celebren estas tradiciones religiosas.

La gente acudió en masa. Se calcula que entre el miércoles y el viernes estuvieron presentes cerca de quince mil personas. La preparación causó una buena impresión por tratarse de la primera vez que realizarían este tipo de actos en ese lugar.

Un largo sendero de velas daba la bienvenida, hasta llegar al escenario principal en donde se realizó la representación de la crucifixión de Cristo. La música y los efectos de las luces dieron el marco perfecto para que la gente saliera muy contenta de haber participado de esta fuerte apuesta.