ELLA VIAJÓ. En la despedida le regaló un rosario y con un te amo la vio partir rumbo a Italia, donde fue a estudiar; a pesar del tiempo que pasó, no la puede olvidar.

Cuando estoy en la oficina en horario libre suelo tomar el diario del jefe y me pongo a leer esta página, me encantan las historias que le escriben, si me permite tengo una para compartir. Es una historia de mi pasado.

Fue un amor de juventud, sus padres no dejaron que sigamos juntos, no me aceptaron por ser pobre. En aquella época nos hizo el gancho una amiga en común, éramos amigos del colegio. La situación nos obligó a tener que vernos a escondidas, de a poco nos enamoramos locamente. Sus padres trabajaban de madrugada, tenían un negocio y salían temprano de su casa, un día me metí a su casa, fue una experiencia increíble, desde aquella vez supe lo que es el amor. Todo iba bien hasta que decidimos que era momento de pasar a otro nivel, le pedí para llegar a su casa, como novios. La edad de ella al principio fue una barrera, tenía apenas 15 años y después de mucho insistir fue aprobado a medias, porque después se dieron cuenta que yo no tenía un guaraní, no pude ocultar que éramos de clases sociales distintas. Ellos eran comerciantes, tenían amistades influyentes en el gobierno y la señora quería que su hija se consiga un mejor partido que yo. Alguien que le dé un bienestar mejor, yo lo sabía porque mi novia me lo decía.

Un tiempo después ella se fue a Italia a vivir con una tía, para estudiar, que me dejaba muy a pesar suyo. No pude hacer nada para evitarlo, yo era pobre, estaba estudiando, qué podía hacer, no tenía nada que ofrecerle. Le sequé sus lágrimas y le dije que no se preocupara, que seguiríamos comunicándonos por internet. Le compré un rosario y se lo di para que le dé suerte, con un beso nos despedimos, no pude evitar caer unas lágrimas al ver el avión despegar, mi corazón latía fuerte y susurré un te amo. Me sentí tranquilo, recién después de que me llamó para contarme que llegó bien pasamos horas hablando. Pero no había la más remota esperanza de que yo pudiera viajar junto a ella, cuando eso el pasaje y el pasaporte estaban caros y me di cuenta tristemente que el amor a distancia no funciona.

Andamos así por un tiempo hasta que me enteré que ella salía con alguien allá, que por el techaga’u, qué sé yo. No me quedé atrás, hice lo mismo, también viajé para olvidar, me fui a la Argentina por muchos años y me borré de su vida. Pasó el tiempo, yo formé una familia, ella también lo hizo, por lo que me contaron después cuando volví a mi querida ciudad. Hace poco no pude evitar espiarla, ahora que hay el Facebook y la vi tan feliz allá con su familia y sus hijos. Hay días en que pienso mucho en esa sonrisa contagiante que dejó en su perfil y la extraño, me digo a mí mismo por qué no luché por ella.

RAFAEL, DE YAGUARÓN, 37 AÑOS

RESPUESTA: Suele quedar un recuerdo dulce y duradero del primer amor, gracias por compartir la historia con todos los seguidores de este espacio abierto para el amor y el desamor, cada uno tiene algo que contar siempre.

Uno de los retos hoy en día para las relaciones es la reaparición imprevista de un viejo amor de alguno de los dos integrantes de la pareja, a veces se llega al extremo de que se le mueva el piso nuevamente. Depende también de cómo terminó la relación, si fue de forma agradable, donde hay lindos recuerdos puede despertar un sentimiento de anhelo por más que hayan pasado los años.

Sin embargo, hay que pensar con la cabeza para entender que hay cosas que se quedan en el pasado para bien o mal, ya no vuelve al menos que uno lo desee. Cuando nos reencontramos con alguien a quien amábamos, pero las circunstancias externas nos separaron: nuestros sentimientos seguramente serán mucho más fuertes porque lo percibimos como ideal.

Sin embargo, si ya tomaste tu camino, si tienes tu nueva pareja, tus hijos, tu vida hecha, disfruta al máximo sin vuelta atrás. La vida es una sola y hay que vivirla de la mejor manera posible al lado de la persona que uno elige y ama. Fuerza, y de nuevo gracias.

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