SIBERIA. Un hombre trabajaba en una huerta donde quería plantar papa, cuando de repente encontró restos humanos. Resultó ser que los huesos eran del exmarido de su esposa.
Al principio, el hombre encontró unos huesos, pero continuó cavando y finalmente dio con un cráneo humano.
Escandalizado por el descubrimiento, el hombre se apresuró a poner al tanto del hallazgo a su mujer, quien, con calma, confesó que se trataba de los restos de su exmarido, a quien ella había matado durante una pelea en 1997. Pero la doña, de 60 años, le pidió por favor a su ména actual que vuelva a enterrar los restos y olvidarse del asunto. Pero el hombre llamó a la Policía.
Comentarios