Luxemburgo es un pequeño país europeo de tan solo 600.000 habitantes, pero será en breve el centro de una revolución en lo que respecta a transporte a nivel mundial, ya que se convertiría en el primer país en ofrecer transporte público libre y gratuito a sus ciudadanos.

El gobierno de Xavier Bettel, que juró el miércoles por segunda vez como primer ministro, pondrá en marcha a mediados del próximo año la eliminación de las tarifas de los trenes, tranvías y autobuses.

A pesar de su cantidad de habitantes no muy grande, la capital, que también se llama Luxemburgo, sufre una de las peores congestiones de tráfico en el mundo.

Es el hogar de al menos 110.000 personas, pero en su calidad de capital más de 400.000 personas viajan hasta ahí por motivos laborales, lo que suele provocar un caos vial durante las mañanas y las tardes.

La propuesta aún no está del todo lista, debido a que las autoridades no han señalado qué harán con las divisiones de trenes que tenían primera y segunda clase.

La gratuidad sería cubierta tras la eliminación de un impuesto ciudadano al transporte y a través de subvención estatal.