Los colibríes la atraen. “Me gustan porque dicen que cuando llegan a tu casa te traen la noticia de que el familiar fallecido está bien, allá donde está”, omombe’u.

Y Pamela Gauto (23) tiene un lazo muy especial con esas circunstancias de la vida. Es que su papá, su mentor, su ídolo, su todo, partió de este mundo dejando un gran vacío en ella.

“Una vez salí a mi patio y abracé un árbol que mi papá había plantado antes de que muera, y justo ahí se posó un picaf lor, fue muy emocionante para mí”, he’i Pamela.

Esto la inspiró a seguir los pasos de ese gran hombre que marcó su vida, y que justamente era veterinario. “Yo desde chica le ayudaba a mi papá en su consultorio, ahí empezó todo”, afirmó.

Desde ese momento se dio cuenta que nació para atender a esos animales que hacen un trabajo de la gran siete polinizando nuestras ciudades.

“Mi papá es el pionero en empezar a hablar sobre los animales silvestres, y por eso yo también les doy más importancia a ellos, porque veterinarios que atienden perros y gatos hay muchos”, comentó.

Aparte de eso, Pamela dijo que está trabajando en un proyecto purete que se llama “Jardines Urbanos para Colibríes”, porque los animalitos ya no tienen casi en dónde posarse ndaje.

“Casi ya no hay jardines y por eso se cansan cuando buscan y caen al suelo”, lamentó la vete.

Publicó en sus redes sociales que se va a dedicar a atender a los pequeños plumíferos porque no hay nadie que vela por ellos, y dijo que si encuentran uno no duden en llamarla.

Los “picolargo” también se agotan y necesitan atención

Lo que genera mucha curiosidad es cómo se da la atención a esos animales, porque nadie puede atraparlos como para tenerlos como mascota.

“La atención se da cuando las personas encuentran un colibrí agotado que cayó al suele, entonces ellos me llaman y les digo qué tienen que hacer”, he’i la valécha.

Según comentó, ya recibió varias llamadas en donde desesperados preguntaban qué podían hacer con los “picolargo” que ya no volaban. “Esa situación se da porque ya casi no hay plantas en las zonas urbanas, entonces los colibríes se agotan y caen al suelo”, aseguró.