Cada persona nace con un don especial para hacer algo, pero no todas las veces se le presenta la oportunidad de poder demostrar su creatividad. Un karai de la colonia Walter Insfrán, de Caaguazú, sorprende al rollete con sus creaciones en madera, por los detalles y por sobre todas las cosas por la belleza de sus obras de arte.

“Cuando yo era chico estaba enamorado del camión de mi hermano mayor, que trabajaba en un semirremolque. Trataba de hacer uno de madera y cortaba todo el typycha’ýva de la escoba de mamá para hacer las rueditas”, comentó don Miguel Amarilla a Crónica.

El hombre tuvo que salir del país por cuestiones laborales, pero siempre su vocación lo inclinaba a esto: el arte de construir con madera.

Recuerda que, “me fui a trabajar a Buenos Aires en la construcción, después me fui a San Pablo a trabajar de costurero, pero mi cabeza estaba otro lado. Yo en mi mente no estaba cosiendo, estaba construyendo camiones de madera.

Ese era mi sueño, pero no me animaba a lanzarme a eso”, he’i este genio.

Luego le tocó volver al terruño y trabajar de nuevo en la construcción. “Estaba trabajando como albañil en la construcción de un barrio cerrado. Entonces un día armé un camión, ivai anga me salió. Le puse un precio que creí que no iba a valer (350 mil guaraníes) y al otro día ya lo vendí”, dijo el artesano.

Ojapo otro “semi” de madera y llevó al trabajo. “Le mostré a mi patrón y me dijo ‘andá a probar y si no te sale el negocio podés volver otra vez al trabajo’. De eso ya hace 4 años y ahora le mantengo a mi familia con mi arte”, contó orgulloso. Hoy en día, los camiones de cargas, autos y camionetas ya se encuentran en distintos países del mundo, porque ya tuvo pedidos para Estados Unidos, Brasil, Argentina y hasta para España.

Su mejor paga es poder ver la cara de alegría del cliente

“Una vez vino un cliente a retirar su pedido y empezó a llorar al ver el trabajo. Esa es mi mejor paga, hacerle feliz a mi cliente porque sé que mi trabajo le encantó, ya que mi sueño fue siempre poder construir un camioncito de madera cuando era chico”, aseguró.

Uno de los pedidos más detallados que tuvo fue un camión transganado. “Ese camión me costó 15 días de trabajo, porque la carrocería está hecha totalmente a mano, la cabina es rebatible y hasta el motor tuve que hacer, es totalmente tallado a mano, pero quedó hermoso”, he’i el carpintero “automotriz”.

Su hija de 5 añitos le acompaña. Es más, está siguiendo ya los pasos de su papá, “ella me ayuda lijando las cabinas de madera. Hasta mi señora y mi cuñada me ayudan cuando tengo mucho trabajo, ya que no quiero fallar con mis clientes”.

Tiene una circular, una caladora, una lijadora y una mano mágica

Todos los vehículos son hechos totalmente a mano, con herramientas mínimas. “Tengo una circular, una caladora y una lijadora, pero todos los detalles los hago todo a mano”, he’i.

Un camión semirremolque tardó una semana para construirlo, “pero si tiene muchos detalles, puedo tardar hasta dos semanas.

En cambio, los autos tardo de cuatro días a una semana a más tardar”, contó don Miguel.

Por las venas del compatriota corre el talento puro, “yo no uso regla ni cinta métrica para medir, yo me guío por el tamaño de las ruedas que tengo y a partir de eso construyo los camiones”.

Además, nunca estudió o trabajó en la carpintería, solo su gran amor y su talento usa para hacer estas verdaderas obras de arte.

MÁS DATOS

PRECIO VARIADO

Sus increíbles creaciones, que son obras de arte, los vehículos pequeños cuestan 600 mil guaraníes en promedio y los semirremolques llegan a costar hasta 2 millones de guaraníes.

PARA LOS PEDIDOS

El karai dejó un número de contacto para todas las personas que quieran adquirir algunas de sus creaciones. Pueden comunicarse con don Miguel Amarilla al 0985- 717107.