El divorcio siempre produce un alto impacto emocional en los hijos. Atenuar este impacto es crucial para los niños.
Las reacciones y sentimientos de los niños dependen de diferentes factores: edad, explicaciones recibidas, continuidad de la relación con ambos progenitores, acuerdos o desacuerdos entre los padres, grado de hostilidad entre los mismos, intervención de otros adultos o sistemas, etc.
Hay dos cosas que deben saber: la primera es, nadie mejor que los padres para ayudar a sus hijos a transitar la crisis, y la segunda, que deben estar bien informados. El efecto reparador que produce en los niños, el mensaje dicho por ambos padres: “aunque ya no vivamos todos juntos, los dos te vamos a seguir queriendo mucho toda la vida y te vamos a seguir cuidando juntos”, es lo mejor.
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