BUENOS AIRES. El 18 de octubre una noticia conmocionaba al país, a pesar de que el suceso había ocurrido fuera de nuestras fronteras. Esa noche, un policía de civil asesinaba a culatazos al paraguayo Diego Villarreal (32) en un confuso suceso. La investigación del crimen no avanzó ni hubo detenidos.

Por eso, el viernes pasado familiares, amigos y miembros de la comunidad paraguaya en Buenos Aires se movilizaron en la zona de la Estación de Constitución para exigir justicia.

La trágica noche, Villarreal, su hermano y su cuñado esperaban comer en el local “Roca&Pizza”. Ante la demora, se retiraron sin consumir. En ese momento, el dueño del local salió a exigir el pago, al tiempo que un policía de civil les cerró el paso. Según testimonios, el hombre les dijo “paraguayos de mierda”. Comenzó una discusión y llegaron cinco policías. Villarreal recibió un culatazo en la frente que lo tiró al piso, fue esposado y pateado por los policías. Su hermano y su cuñado fueron detenidos y actualmente están procesados por “resistencia a la autoridad”.

El parte policial informó que los agentes hicieron uso del “mínimo de violencia posible para controlar la situación”. Diego Villarreal murió producto de la brutal y cobarde golpiza.

Para los manifestantes, este crimen tiene un claro trasfondo de xenofobia. “Lo mataron por ser paraguayo”, afirmó un amigo cercano de Diego Villarreal. Hay una campaña en el Facebook denominada “Todos por Diego Villarreal”, donde se dan más detalles.