Foto: FELICES. Rubén y Aurelia, minutos después de dar el sí.
ESCRITO. Don Rubén posteó en la red social que se cansó de buscar el amor. Recibió un mensaje y todo cambió.
“Cada vez que intento salgo mal (en el amor), por eso decidí desde hoy en adelante dejar de buscar a esa anhelada mujer, seguramente Dios quiso así”. Fue el mensaje que Rubén Alfonso (43) escribió en su cuenta de Facebook hace unos meses. Tiró la toalla, se rindió. Pensaba que las cosas no siempre salen como uno lo espera y las expectativas de encontrar a esa compañera de toda la vida se “esfumó” por completo.
Pero ese mensaje en la red social fue el puntapié para que todo cambie. Recibió el apoyo y el aliento de muchas personas, pero dentro de los mensajes llegó uno en especial. Era una mujer, Aurelia Sosa Vázquez (52), quien le deseó mucha suerte y le animaba a no bajar los brazos. A eso se le sumó un pedido de amistad, fue así que comenzaron a intercambiar algunos mensajes, luego sus números de teléfono. Entre llamadas y videollamadas cupido hizo el resto.
Él es del distrito de Loreto, departamento de Concepción. Ella de Coronel Bogado, Itapúa. Al menos 800 kilómetros le separaban, pero don Rubén tomó coraje y pidió ir a visitarla. Aurelia aceptó. “Hice un largo viaje, pero valió la pena”, dijo Rubén. “Al verla me enamoré. Y al hablar y conocerla más quedé encantadísimo y ella también conmigo”, agregó. Fue así que comenzaron una relación sentimental que fue creciendo cada vez más. Y rápidamente decidieron dar ese pasito fundamental: ¡se casaron!. “Gracias a Facebook conocí al gran amor de mi vida, a mi esposa, quien vino a llenar mis días de felicidad”, dijo el hombre enamorado.
Pasará un 14 de febrero totalmente diferente
Ambos decidieron unir sus vidas y hoy viven felices en Loreto, Concepción. “Este 14 de febrero va a ser diferente para mí. Lo voy a pasar a lado de mi compañera de vida”, dijo Rubén, quien se dedica a la profesión de fotógrafo. “Siempre soñé con traer a mi esposa a mi casa y vivir felices, hoy ese sueño se hizo realidad”, comentó.
“El respeto, la comprensión y el cariño en el trato hicieron que ambos nos enamoráramos rápidamente. Bueno, el mensaje de Facebook también hizo lo suyo (risas), agregó.
“Nos casamos en la iglesia de mi comunidad, rodeado de nuestras familias que estaban igual de contentos que nosotros”, dijo.
“Sé que mucha gente siente que el amor no le corresponde. Yo les digo que esa otra mitad está, solo hay que buscarla”, finalizó.
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