Cuando más negra se le ponía la morcilla, y todo apuntaba a que iba a ir de patitas a la cárcel de Tacumbú, el dirigente deportivo del club Rubio Ñu de Luque, Antonio González, ndaje se sintió re-mal, por lo que apúrope se lo tuvieron que llevar a internar.
En la noche del miércoles, tras cinco días preso en la comisaría de Luque, el hombre a los gritos llamó desde su celda al guardia. El oficial, al percatarse que su semblante no era de los mejores, dio aviso a sus superiores.
Ahí nomás se decidió, por si las moscas, que era mejor que se fuera al sanatorio privé que está pegadito a la dependencia policial. Eso sí, por más que se esté “aladito” mismo, igual le pusieron custodia, más allá que no hay grandes probabilidades que el hombre salga corriendo sin que nadie se dé cuenta.
Cabe recordar que González fue imputado por la fiscala Teresa Martínez por supuesta trata de personas con fines de explotación sexual y por trata de personas con fines de explotación laboral. “Ambo lo do” podrían derivar incluso en unos 18 años en la cacerolita para el expresi.
Eso sí, una vez que salga dado de alta, ya no va a haber tu tía: derechito se irá al penal, donde de seguro no tendrá los “doce pasos” de distancia que manda el reglamento.
DE OFICIO
La situación se comunicó al Juzgado que atiende la causa, desde donde se dispuso que se mantenga internado.
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