- MÁS DE 30 AÑOS. Hace décadas que se dedica de lleno a esta actividad he’i
Sentada sobre una sillita de madera, frente a una mesa redonda al nivel de sus rodillas, María Francisca Giménez (62) va demostrando con una destreza única la manera en la cual sus dos manos van dándole forma a las hojas de la planta del tabaco para luego convertirlo en el famoso cigarro, pety o “chocolate” de los abuelos.
Contó que desde hace más de 30 años lleva trabajando en esta noble tarea, labor que lo heredó de su querido padre. “Años llevo haciendo esto. Mi papá se dedicaba a esto y de él heredé. Somos 6 hermanos, pero soy la única que sigo con el trabajo”, contaba ña Mari, apodo con el que todos la conocen en la zona del Mercado 4.
Resaltó que durante mucho tiempo trabajó en un conocido negocio de venta de telas, pero luego decidió dejar a un lado y meterse de lleno a la venta de tabaco.
“Desde niña que conozco de este oficio. Veía cómo mi papá lo cultivaba y así aprendí a valorar las plantas. Ahora yo traigo del interior, porque solo por allá uno encuentra de buena calidad, porque tampoco podés ofrecerle cualquier cosa al cliente”, decía ña Mari.
Mientras con un hilo ataba la punta de uno de los cigarros, ña Mari contó que “el Mercado 4 es como mi segunda casa, y mis vecinos de al lado, los vendedores, son como su familia ya que muchas veces ellos son los que atienden el negocio cuando no me encuentro en el lugar”.
“Acá todos somos una familia, nos cuidamos unos a otros y es lindo sentir eso”, terminó diciendo ña Mari.
30 años
Tenía ña Mari cuando empezó este trabajo y hace 3 décadas que vive y se mantiene gracias a la venta del tabaco.
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