• VIENTO EN POPA. Graciela se recibió de marinera y aspira a ser capitán; Janine es mecánica naval

Un sueño que se inició en la vida de Graciela Santos (28), después de superar varias barreras se hizo realidad al ingresar al mundo de la marina mercante, que durante muchos años en nuestro país era un territorio exclusivamente masculino.

Santos comentó a Crónica que está soltera y no tiene hijos, y que logró convertirse en la primera mujer marina de nuestro país con mucho esfuerzo. En el 2010 estudió para ser Agente marítimo y en los años 2012 al 2016 realizo el curso de Oficial Fluvial en el Uruguay, obteniendo el título de oficial fluvial y patrón de cabotaje que le permite navegar hasta 50 millas náuticas de la costa en el mar.

Al regresar a nuestro país estudio para convertirse en marinera y después de culminar con éxito le otorgaron la libreta de navegación. De esta manera se abre toda una oportunidad laboral para el género femenino y de esa forma acceder a oportunidades laborales en el sector naval.

“Agradezco a todo el equipo de la Prefectura Naval, a la gente de Asesoría y a los de Navegación. Mediante el apoyo de ellos y de mi familia, esto es algo histórico, el abrir las puertas para el embarque y desempeño en distintas funciones a bordo de embarcaciones a las mujeres”, afirmó.

Ahora solo le falta obtener el título de Capitán Fluvial. “Ya hemos pasado la primera barrera, ahora solo falta culminar la carrera, me siento muy orgullosa luego de mucho esfuerzo puedo decir ¡lo logré”, mencionó Santos.

“Toda mi vida viví cerca del río y los barcos son mi vida”

Otro caso es el de Janine Valiente, quien se recibió ya en el año 2010 como mecánica naval y es hasta ahora la primera y única mujer en recibirse en esa área. “Soy de Varadero, me crié entre los barcos y el muelle, fue así que estudié esa carrera. Aunque me recibí no la pude ejercer aún porque justo me embaracé y me dediqué estos años a ser mamá. Ahora ya repartí mis documentos en distintas navieras, es cuestión de esperar a que salga algún trabajo”, expresó Janine.

Dijo que ya le ofrecieron algunas ofertas laborales, pero que su embarazo estaba primero, por lo que tuvo que rechazarlas. “Quién sabe si en un futuro no muy lejano tengamos una embarcación tripulada solo por mujeres, es cuestión de que se animen. Aunque los cursos son muy costosos, el día de mañana valdrá la pena el esfuerzo y la inversión que se hacen”, recomendó finalmente Janine a sus congéneres.