Fuerte confesión de Ana Livieres, la Miss Asunción, modelo de alta moda y actriz. Desde Londres cuenta que durante su infancia fue golpeada, discriminada y sintió en carne propia el bullying.

“Recuerdo que lloraba mucho en mi infancia y pubertad. Me refugiaba en la comida”, dice

-Marchaste contra el racismo en Inglaterra, ¿nos podés hablar de eso?

– ¡Se sintió muy bien! Fue hermoso ver que tanta gente se movilice. Demuestra cuánto a la gente le importa.

– ¿Fuiste solamente ahí o te seguís sumando a otros tipos de manifestaciones?

– Fui a esta manifestación, pero mi objetivo es estar como activista muy presente en diversas temáticas y marchas, ya que este año estará marcado por cambios en la consciencia colectiva. Es todo lo que siempre soñé. Que la gente y la sociedad empiecen a cambiar para bien. Y tenga este fuerte deseo de mejora y despojo de lo obsoleto y dañino.

– ¿Vas a estar como una activista más en Inglaterra, te vas a sumar la mayor cantidad de manifestaciones?

– Esta es la primera de muchas actividades en las que estaré involucrada. Si me es posible estaré yendo a otras en Europa, pero aún no es seguro viajar por la pandemia, por ello me mantengo en Londres.

– ¿Qué estás haciendo en Londres?

– Acá estudio.

– ¿No te genera miedo participar en manifestaciones por situaciones de peligro que se puedan dar?

– Acá la policía no tiene la brutalidad que vemos en Estados Unidos, así que es más fácil lograr una protesta pacífica y digna. Hubo accidentes y disturbios e infiltrados. Siempre es peligroso, pero es aún más peligroso correr el riesgo de que las cosas sigan igual y no manifestarnos y que la policía siga matando inocentes, abusando de la gente común. Hemos llegado a un momento histórico en el cual la gente no soporta más la violación de los derechos humanos y al fin nos estamos levantando todos unidos apoyándonos para vivir en un mundo mejor. La policía está para proteger al 1%, no para velar por nosotros.

– ¿Cómo nació esto de ser activista en vos, cuáles son tus motivaciones, no se contrapone con tu carrera de modelo, incluso de Miss?

– Yo no puedo no ser parte de esto porque mi interés a nivel profesional es poner todas mis energías en mi carrera activista. Aunque soy una figura mediática y conocida por Miss, por modelo, conductora de TV y haber actuado en una película, un videoclip muy famoso, comerciales, etcétera, nada de esto tiene que ver con lo que verdaderamente siento, es mi misión de vida.

– Siendo esa tu misión de vida, ¿sentís que en Europa vas a poder desarrollar mejor eso que sentís?

– Todo lo conectado a lo humanitario me llena mucho, por eso he decido mudarme de país para darme el tiempo que necesito para hacer un cambio de rumbo y de profesión, yo me veo de aquí en unos años completamente involucrada en temas sociales, políticos y humanitarios. Me gusta mucho empoderar a la gente.

– ¿Esto te podría llevar la política?

– No soy alguien que busca el poder, más bien la colaboración y aportar. La unión hace la fuerza. Creo que de aquí a futuro el mundo cambiará tanto y también la política, ya que los medios digitales revolucionarán el modo en que elegimos, controlamos a nuestros dirigentes de turno, que igual sabemos son manejados por personas que casi nadie conoce sus caras.

– ¿Pensás vivir ahí por muchos años?

– No realmente. Extraño mucho mi país. Aquí solo vine a estudiar, aprender, reiniciarme, ponerme en blanco para poder escribir una nueva versión de mí, ya que pretendo hacer un cambio fuerte profesionalmente. Fueron 16 años trabajando en el mundo de la moda.

– ¿Hace cuánto tiempo que te mudaste?

– Este año nomás me vine a vivir. No sé cuánto tiempo resistiré. Quizás sea solo uno, quizás dos, quizás tres. Todo sea en pos de mejorar mi inglés y expandir mi mente. Cuando deje de aprender a ritmo acelerado, dejo Londres. Vine a absorber conocimiento, idioma, nuevas ideas. Una vez note que ese ritmo disminuya, ya no tendré motivos para continuar en el Reino Unido. La verdad amo Paraguay, extraño cosas estando lejos, como la gente que me da tanto cariño, eso es algo que nunca imaginé recibir. Es una de las cosas más preciadas que tengo, sin dudas.

EL PASADO

– ¿Alguna vez te tocó sufrir algún tipo de abuso?

– Sí, definitivamente, abuso físico y abuso psicológico. Discriminación. Abuso físico y verbal, golpes, y a esto le doy una explicación, como generación “Y” (millennial) venimos de ser corregidos, “educados” por la generación X o Peter Pan (que a su vez fueron criados por los Baby Boomers). Esto en mi punto de vista justificó que golpear severamente a menores de edad fuera visto como algo legal, con motivos de “formación” de parte de los tutores para con los infantes, lo cual, en lo que a mí respecta, es un abuso, todo se mide hoy con la vara de nuestros juicios modernos, pero en esa época eran tolerados mentalidades y comportamientos hoy inaceptables.

Recuerdo perfectamente cómo el racismo en el aula de clases era cuestión de orgullo a inicios del 2000 decir pu…, indio, negro, se suponían peyorativos, hoy usarlos como insultos es cuestionable y condenable por una generación que exige acabar con las injusticias comenzando con modificar el lenguaje que es la base de la cultura y la educación. Es algo tan feo como el bullying, lo cual tuve que soportar largos años de mi infancia. Era considerado de moda, un sinónimo de estatus, formando jerarquías, cadenas donde los sometidos jugaban a someter a otros más débiles que ellos, para así sentirse menos miserables.

Todo esto que explico, detalla el abuso psicológico y la discriminación que ya antes mencioné, recuerdo que lloraba mucho en mi infancia y mi pubertad, fueron años muy duros. Tuve que soportar todo tipo de insultos y desprecios y me refugié en la comida, luego sufría más maltrato por la obesidad infantil. Siempre supe que no encajaba en mi generación (millennial) y no podía creer lo que hacían los de la X, veía la futura, la Z, como la que lo cambiaría y revolucionaría todo para bien. Apostaba y apuesto aún mucho a ellos. Ya los vemos en las calles estos días, todos abogando por el fin de los privilegios de los blancos y el fin del racismo, del machismo, de la homofobia y otros tipos de violencia social y violación de derechos humanos.

¿Cómo estás pasando ahora en Londres?

– Estoy cumpliendo 28 (el viernes que pasó) y desde que llegué a Londres es uno de los días que más infeliz me he sentido. Soy una persona muy positiva, pero admito que las concesiones y los sacrificios que he tenido que hacer y soportar por el sueño de estudiar y vivir en Reino Unido hay días como hoy que son un suplicio, una pesadilla, pero son solo momentos, la mayoría de los días aprendo tanto y veo mucho avance en mí, que logro equilibrar la balanza entre los pro y los contras.