Magui Britos es una paraguaya oriunda de Capiibary que hace 15 años está por Argentina. Allá ella trabaja en un comedor y día a día se esforzaba para darle una buena vida a su peque de 6 añitos.

“Cuando comenzó la pandemia, yo era una de las que más se preocupaban por seguir las medidas”, asegura con lágrimas en los ojos en el arranque nomás de la nota, en la que contó su historia a Crónica.

A ella y a su pequeño el mundo se les vino encima cuando aquel 13 de julio Magui dio positivo al virus caracha.

“Ese mismo día me dijeron que vaya a un hospital y que dejara a mi hijo. Yo rechacé eso, porque no quería alejarme de él. Pasa que no tengo dónde dejarle, su padre vive lejos de mí. Entonces nos trajeron a un hotel de aislamiento, yo le traje conmigo, bajo mi responsabilidad. Esos momentos fueron eternos. Pensar que me pueden separar de mi hijo fue lo que más me dolió”, comentó.

“Él no quería venir al hotel. No quería dejar su casa. Le dije que acá iba tener televisión y muchos canales de dibujitos, y vino”, cuenta con cierto tono “piadoso”.

En el hotel el peque estuvo en una pieza con su mamá, pero con camas separadas a dos metros de distancia.

“Él se arregló solito para comer, ducharse, vestirse. Se aprendió todos los protocolos. Cuando su maestra le mandó un mensaje escuché que él le respondió ‘estoy aquí, cuidando de mi mamá’”, dijo llena de orgullo por ese “muchachón” que la estaba resguardando de todo mal.

Eso sí, por más que estuvieran cerca, “no se acercó a mí. Me tiraba besos desde su cama y se acostumbró a no dar abrazos. Pero nunca dejó de dar amor”.

NEGATIVO

El hijo de Magui dio negativo ndaje al coronavirus gracias a todos los cuidados que él mismo aprendió durante los días de aislamiento.

SIN DRAMA

La valiente madre comentó avei que en el hotel todos le trataron superbién. ‘‘En ningún momento preguntaron de qué nacionalidad era’’, he’i.

Un caso de los llamados “sin nexo”

Britos contó que ella desde el día uno en que Argentina entró en cuarentena y se resguardó con las medidas sanitarias.

“Yo era una de las más histéricas con el tema. Una vez que empezaron a liberar para trabajar, controlaba que mis compañeras cumplan. Al final, yo fui una de las primeras del grupo en contagiarme. Y no sé dónde es que me contagié”, he’i.

Pero sus penurias no se quedan ahí. Magui he’i que su mayor temor ahora es que se vuelva a contagiar ndaje. “A eso es a lo que más le temo, ahora”, omombe’u la kuña guapa.

“Un niño muy valiente” que fue independiente siempre

Al chiquito no le dio miedo nada. Simplemente acató todas las órdenes que se le dieron.

“Yo usaba barbijo todo el tiempo, para que no le contagie a él. Una vez que estuve en el hotel me dio mucha tos y dolor de garganta, entonces por precaución, cada vez que él escuchaba mi tos se tapaba con las sábanas”, contó Magui.

Dentro de todo lo malo, resaltó que “es muy independiente mi hijo desde chiquito. Es un campeón. Él manejaba todo. En todo momento mostró ser un niño muy valiente, a pesar de su edad. Cuando de repente estoy cerca me dice: ‘¿Podés irte más?, estás muy cerca’. Si Dios quiere el lunes 27 ya regresamos a nuestro hogar”, contó la paraguaya que allá vive en Buenos Aires, en La Boca.