La humorista Silvia Flores decidió mostrar la otra cara del covid-19, de cómo se convive con un positivo en una casa. Ella nos habla de su experiencia con su marido, Guille.

La actriz Silvia Flores contó que el covid-19 llegó a su casa y mostró a través de un emotivo video cómo le está cuidando a su marido, Guille Hansen, quien es el que está infectado. Ella también está aislada, aunque sin el virus. “Al principio, mucha ansiedad, nervios y estrés”, contó Silvia. En su video mostró el día a día, de cómo le cuida a su marido y, por sobre todo, de cómo trata de hacer que se sienta bien, con mensajes de aliento, de amor. “Ya falta poco mi amor para volver a estar juntos. Te amo. Este bicho no nos va a vencer”, dice el mensaje del cierre de su video que fue muy aplaudido por sus seguidores de redes.

Silvia nos contó de la situación que están viviendo. “Por el momento, solo él tiene el virus. Comenzó con los síntomas el martes, desde ese momento nos contactamos con los médicos.

La recomendación fue que se aparte de mí, pero que los dos entremos en cuarentena. Nos recomendaron que nos hagamos el hisopado entre el viernes y el sábado. Mientras esperábamos, él empezó a manifestar otros síntomas y yo seguía sin nada”, empezó contándonos la actriz.

– ¿Vos seguís sin síntomas hasta ahora?

– Yo, ningún síntoma hasta ahora. Nada, el viernes hicimos el hisopado y el sábado tuvimos el resultado. A él le salió positivo, a mí negativo.

– ¿Qué síntomas presentó él?

– El empezó con una febrícula el martes, estuvo entre 37.5 y 38 grados. El médico nos recetó algo para eso. Bajaba y volvía la fiebre. Un poco de congestión también empezó a tener. El miércoles ya perdió el olfato, sin ganas de comer. Durmió mucho. Tenía dolores musculares, tipo dengue. Teníamos el saturómetro, ese que mide la oxigenación, así que eso nos permitió saber que no tuvo problemas de respiración, por suerte. Los síntomas se están yendo. Es lo que nos dijeron que pasaría. Los síntomas aparecen uno encima del otro, con el transcurso de los días se van yendo de a poco. Eso es bueno también. El cuadro no va a empeorar.

– ¿Él no tiene enfermedad de base?

– Por suerte, no tiene enfermedad de base, hace mucha actividad física.

“TENGO DUDAS RESPECTO AL CONTAGIO”

– ¿Por qué creés que vos te salvás de contagiarte, siendo que seguramente compartieron todo hasta que él empezó con los síntomas?

– Probablemente me estoy salvando, increíble es. Tengo dudas respecto al contagio. Me pregunté también eso, de cómo puede que hasta un día antes de que él se aísle en una habitación, compartíamos de todo, menos el tereré, porque él tiene su yerba, yo tengo la mía. A él le gusta frío, a mí no. Veníamos compartiendo todo en los días previos. Durmiendo uno al lado de otro. No había dos metros de distancia hasta ese momento.

– ¿Cómo se vive una situación así, con tu marido aislado, vos encerrada en la casa, sin poder salir, y con el miedo seguramente de que te contagies?

– Psicológicamente lo que es hincha bola. La parte psicológica quiere jugar en contra. En principio te desesperás. Gracias a Dios tenemos médicos al alcance. Llamamos al 154 y en ningún momento nos preguntaron si tenía enfermedad de base. Es como que te dan respuestas automáticas. Al fin y al cabo, solo hay que estar atentos a los síntomas. Es duro no poder estar en contacto. La sensación es como que más o menos estás viviendo con el enemigo, un enemigo al que le querés mucho jajaja…

– ¿Hubiera sido más fácil, tal vez, si los dos estuvieran contagiados al mismo tiempo?

– Hubiera sido genial que los dos estuviéramos al mismo tiempo con el covid positivo. Pasó lo que yo no quería que pase, que él se contagie solo.

– ¿Cómo le cuidás?

– Trato de que se alimente bien. Le proveo de todo lo que necesita: además de los alimentos y los utensilios, también los elementos de higiene: toalla, agua… Soy supercuidadosa, los utensilios, las ropas, todo lavo con agua caliente, y hago dos lavados. Tengo un arsenal de desinfectantes. Él usa tapabocas, yo también.

– ¿En la casa están solo ustedes?

– Solamente nosotros. Encima, para completar, el perro también se enfermó, pero ya se enfermó antes, tiene problemas hepáticos. Y él siente todito, está pendiente, no sabe qué es lo que pasa, pero siente. Acá estamos los tres, aislados.

– ¿Qué hacés para no aburrirte con el encierro?

– Sigo trabajando, hago radio desde acá. Con el tema de las redes, hago trabajo remoto. Antes de esto estaba más tekorei, en realidad jaja… Ahora lavo la ropa, tengo que limpiar la casa, nervio me pone… jajaja… Tengo que hacer la merienda, el almuerzo, el desayuno, la cena.

– ¿Cómo te manejás con las compras para la comida?

– Por suerte, el martes, cuando nos aislamos, estábamos con buena provista. El sábado vino mi hermana a traerme más ingredientes. Hay gente que me trae vianda también. Yo les conté de la situación, igual, con todas las medidas, decidieron seguir trayéndome. Todo el mundo fue solidario.

Superando el miedo

– ¿No hay ningún vecino mala onda?

– Nadie vino a quemar cubierta frente a casa. Ese era mi miedo. Nosotros no vamos a contar, le decía. El video le hice a él nomás luego. Y él me dijo: “Publicá, es muy lindo, porque muestra la otra cara de esto”. Gracias a Dios la gente nos tira muy buena onda. Esta situación te separa, pero te une más a tu familia.

– El famoso, no hay mal que por bien no venga.

– Eso hablábamos con Guille. Por la paciencia que hay que tener. Es un momento duro que te une con más fuerza. Ahora estamos hablando también de donar el plasma para la gente que necesite. Él va a hacer una vez que esté de alta. Y si un día yo también me contagio, también voy a hacer eso.