Sacristán de la iglesia de San Buenaventura, Antolín Alemán, dijo que durante la construcción fueron sepultados indígenas en las paredes
Por Paul Fernández
La historia vive allí. Sus colores y figuras expresan el duro trabajo que fue levantarlo y el tiempo que tomó formarlo en un templo en donde muchos demuestran hasta hoy su fe. Ubicado en el noveno departamento del país, en la ciudad de Yaguarón, la iglesia de San Buenaventura de Yaguarón, cuya construcción se inició en 1755, sigue guardando dentro de ella, además de la esperanza de muchos fieles, historias sorprendentes que sucedieron durante los 20 años que llevó su construcción.
Tanto su altar, sus sillones y postes esconden un hecho bastante fuerte, que ya llegó a los oídos de muchos de los que alguna vez pudieron visitarla. Don Antolín Alemán, sacristán de la iglesia, contó a Crónica que la historia enterrada en las paredes en la que hasta ahora no se tocó y sigue sorprendiendo a turistas y fieles que tienen la dicha de conocerlo. “Siempre hay ecos acá, por todo lo que pasa y lo que pasó. También lo que fue durante su construcción hay movimientos. En las paredes de la iglesia están enterrados los indígenas que fallecieron durante la construcción”, reveló el hombre, quien lleva más de 20 años cuidando de la antigua iglesia. Pero ese hecho no se perdió en el viento como una leyenda más que recae sobre esta edificación.
Don Antolín dijo que lo de las tumbas en las paredes fue comprobado, ya que en la primera refacción del templo fueron hallados restos óseos. “Eso se encontró, por eso es que nosotros creemos que fue así”, mencionó. Alemán aseguró que por ese hecho siempre se trató de cuidar las paredes de la iglesia, ya que los indígenas aseguraban que pertenecían al templo y ahí debían permanecer por siempre. “Tratamos siempre de mantener eso, la iglesia es de ellos”, mencionó.
Hasta los pa’i ya fueron testigos de los extraños “movimientos”
Don Antolín contó que muchas veces le tocó quedarse a dormir en el templo, pero en varias ocasiones no pudo ni siquiera cerrar los ojos, ya que sentía todos los movimientos de la construcción de la iglesia. “Se escucha todo adentro, la gente caminando, murmullos, llevando cosas, golpeando. Para mí es algo muy lindo que se vive, porque eso pasó hace muchos años y se puede sentir”, explicó.
Aseguró que muchos curas que ya pasaron por la iglesia también fueron testigos de esos movimientos que para ellos se trataría de los indígenas que levantaron las paredes del templo. “Todos se sienten maravillados por lo que se vive acá adentro, y más por las noches o los días de lluvia es algo de otro mundo”, calificó don Alemán.
DATOS
REPARACIONES
Don Alemán aseguró que las reparaciones de la iglesia pararon desde que el covid-19 vino a nuestro país. “Estamos viendo para que pronto se termine”, reveló.
PERSONAS
Explicó que muchas personas llegan a diario hasta el templo para saber más sobre la historia que guarda. “Muchos se quedan con las ganas de comprobar todo”, dijo.
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