• POR PAÚL FERNÁNDEZ
• @paulfernandezpy

La solidaridad del paraguayo traspasa límites y fronteras. Eso se demostró desde el primer día de la pandemia, no solo en Paraguay sino en cada rincón del mundo en donde se vio ese don que solo se encuentra en la sangre guaraní.

Rolando Perdon es holandés, desde hace 6 años vive en nuestro país y contó que cuando pisó el Paraguay conoció el significado de la empatía.

“Yo creo que el Paraguay es el país en donde hay más solidaridad en todo el mundo. Acá tienen un corazón enorme todos, me quedé maravillado con todo eso”, dijo el hombre a Crónica.

Si bien son apenas 6 años que vive en nuestro país para él ya fue suficiente para contagiarse de ese sentimiento de amor al prójimo que nos caracteriza.

Rolo -como lo conocen sus amigos- es chef y su pasión por la comida la utiliza para aportar su grano de arena en la lucha contra el maldito virus que arrasó el mundo.

“No pude quedarme en casa viendo todo lo que estaba pasando en el país. Tenía que hacer algo sí o sí. Por eso armé en casa una cocina grande en mi quincho y empecé a cocinar para todos los familiares de pacientes que están en los hospitales”, mencionó el capo.

Es así que Rolo contó que pudo ganarse el cariño de todas las personas que están batallando contra el maldito virus.

“Cocinar es lo que sé y si puedo ayudar a la gente haciendo lo que más me gusta porque no hacerlo”, tiró.

El chef aseguró que seguirá cocinando para todas las personas del hospital ya que ahora también colabora con la carpa de la contingencia en el Hospital de Clínicas.

“Hay muchas necesidades, pero al menos estamos llenando el estómago de las personas que están atravesando un duro momento con sus familiares, algunos enfermos y otros ya fallecidos”, expresó.

Con comidas típicas y tradicionales quieren aplacar el dolor de la gente

Rolo contó que gracias a las donaciones que realizan las empresas y las personas, pueden seguir cocinando para todas las personas que pasan hasta meses en los pasillos de los hospitales esperando por una recuperación.

“Lo que me gustaría más es cocinar algo típico de acá para ellos. Un puchero, un vorivori o algo así para que todos ellos se sientan mejor y con más ganas para seguir luchando”, dijo. Es por eso que todos los voluntarios que están en la carpa de la contingencia están pidiendo la colaboración, pero esta vez de productos frescos para la elaboración de esas comidas. Rolo aseguró que tienen gran cantidad de alimentos no perecederos, pero lo que falta ahora mismo son verduras para las comidas. “Necesitamos tomates, locotes, cebollas y todo lo fresco para hacer las comidas típicas”, aseguró.