• Por Rodrigo Valdez

A menudo, cuando entramos en una librería, dejamos caer nuestra vista en una determinada sección de la tienda. “Vence los obstáculos”, “Superando las barreras”, podrían ser algunos de los títulos imaginarios que encontramos en nuestra búsqueda. Pero, ¿es posible aprender a desafiarnos personalmente? ¿Es cierto que podemos cumplir los retos que nos propongamos, sean cuales sean?

Don Ireneo Benítez (60) responde a estas interrogantes con firmeza: “Si uno se propone hace lo que sea, pese a las barreras que encuentra en los caminos de la vida”.

Por culpa de un derrame que sufrió hace 21 años, don Ireneo quedó en silla de ruedas. “Fue algo que me golpeó bastante”, dijo a Crónica. Pese a todo, en su rostro se dibuja una sonrisa plena y enseña día a día que estancarse no es lo suyo.

Con gran orgullo nos relató cómo logró vencer las adversidades y las barreras del “no puedo”. “Tenía que hacer algo y más ahora con esto de la pandemia. Fue allí que pensé que me gusta mucho el arte y así encontré un camino”, sostuvo desde su casa, ubicada en el asentamiento “Villa Clarita”, de Coronel Oviedo.

Actualmente, don Ireneo fabrica palillos para asaditos, para poder ganarse el sustento diario. “Me siento, me relajo y hago arte, porque esto es arte con la maderita. Hay que luchar y más aún en esta época de pandemia”, añadió.

“Cuando me pongo a cortar y dar moldes a los palillos siento mucha alegría porque me siento útil. Trabajar es lo que más me gusta hacer y es por eso que estoy agradecido con esta labor”, finalizó.

No es mucha la ganancia, pero le “sirve para seguir”, sostuvo

A la consulta de cuántos palitos fabrica en el día dijo que “hago entre 500 a 600 palillos por día. Y los vendo a 2.500 guaraníes el paquete de 100”, explicó. “Si hacemos un cálculo rápido mi ganancia es solo de 12 mil a 15 mil guaraníes por día. No es mucho, pero para mí sirve para poder seguir con esto”, confesó.

“Ojalá que pueda tener más clientela y poder seguir haciendo más palillos. Me gusta fabricar, crear. Eso me mantiene con ganas”, añadió. “Lastimosamente lo que me pasó (derrame) me cerró varias puertas, pero yo aprendí a que quejarse no es bueno y uno debe buscar la forma de superar los obstáculos y luchar”, finalizó.

“A los jóvenes les digo que no se queden en el camino”

José Benítez, hijo de don Ireneo, comentó que su papá es un ejemplo a seguir. “Pese a lo que le tocó vivir hace 21 años, él siempre demuestra sus ganas de salir adelante pese a las adversidades. Tanto mis hermanos, como yo lo vemos como un ejemplo de la vida”, confesó. “Yo trabajo como ayudante en herrería y ayudo en la casa, pero mi papá insiste en hacer su labor. Lo hace desde la casa tranquilamente. Junto a él llegan los clientes que le compran sus palillos”, explicó.

“Yo le quiero decir a los jóvenes que luchen y no se queden en el camino. Si uno quiere puede hacer lo que sea para salir adelante honradamente”, agregó don Ireneo.