Paulo Cupertino, principal sospechoso de haber acabado con la vida del joven actor Rafael Miguel y a sus padres en junio de 2019, fue capturado en el sur de São Paulo ayer lunes. El mismo, en su momento fue buscado por la poli rapai en Paraguay, de donde se confirmó estuvo pero logró jey escaparse.

Cupertino había estado prófugo desde el crimen de Rafael Miguel, muy conocido en su momento en Brasil por participar en la versión rapai de la serie novelesca «Chiquititas». 

En las últimas horas de la tarde del lunes, el hombre fue trasladado a la comisaría de la Policía Civil, donde debía ser oído por el delegado. Cuando llegó a los periodistas, Paulo Cupertino negó el crimen, alegando que fue amenazado de muerte y linchamiento.

Sin embargo, la policía no tiene dudas de que él fue el autor del atentado que cobró la vida de tres personas. Cupertino era el suegro de Rafael Miguel, pero desaprobaba la relación de su hija con el actor. La policía cree que ese fue el motivo principal del crimen.

El asesinato de Rafael Miguel y sus padres se produjo hace tres años y Cupertino desapareció inmediatamente. Cambió su nombre a Manoel Machado da Silva, pasó por ciudades como São Paulo, Sorocaba, Campinas, Paraná y Mato Grosso, donde se supo trabajó como cuidador de ganado en una hacienda.

DE UN COMERCIAL A «CHIQUITITAS»

Rafael Miguel comenzó su carrera como actor muy joven, grabando anuncios, entre ellos uno muy recordado en el Brasil, en el que le pedía a su madre que le comprara brócoli. En 2013 tuvo su mayor éxito al interpretar al personaje Paçoca en la telenovela Chiquititas, que tuvo un rotundo éxito en Brasil y en Argentina, entre otros países.

Junto con sus padres, Joao Alcidio Miguel, de 52 años, y Miriam Miguel, de 50, el día del trágico sucesos fueron recibidos por la novia y la madre de la misma en su vivienda. Los tres se encontraban en la puerta de la casa cuando fueron acribillados por Cupertino, quien era muy celoso  y no la dejaba salir de casa para que vea a su novio.

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