- VINTAGE. Peluquero compite con los grandes reguetoneros de barrio capiateño a la hora de la musiqueada de fin de semana, con su colección de ymaguare
Si alguno pensó que el disco de vinilo pasó de moda se equivocó, el tocadiscos se resiste a desaparecer a pesar de que estamos en pleno auge de la era digital. Para muestra vale un botón.
Un fin de semana en el barrio San Pedro de Capiatá es musiqueada a todo volumen, claro que sobre gustos hay una gran variedad, mientras en un casa se escucha reguetón “el negrito de ojos claros…” en la de don Catalino Navarro te encontrás con latinos, música paraguaya, rock argentino. Tal vez la nostalgia por los viejos tiempos hace que en sus dominios mantenga impecable su colección de discos. Cuenta con 60 LP (del inglés long play), también llamado disco de larga duración, son analógicos, cada uno con unos 20 a 25 minutos de sonido por cada cara.
“En el 85 compré de Cridens, un negocio que ahora es Kalúa, lo que se llama una torre musical tres en uno, tocadiscos, radio y casetero”, comenta orgulloso don Navarro, de profesión peluquero.
Guarda como reliquia grabaciones de Julio Iglesias, Los Signos, Los Bukis, Quemil Yambay, Óscar Pérez y otros tantos. Varias personas ya le quisieron comprar tu colección de discos, pero a todos les aclara que no le gustaría despojarse de sus tesoros.
“Nunca vendí, muchos quieren comprarme, pero les digo que es parte de mi vida”, contó.
Movimiento de LP
Hay varias páginas que ofrecen compra y venta de vinilos en nuestro país, muchos de estos discos se venden en ferias y mercado de pulgas también.
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