Varios de sus estudiantes eran asesinos, ladrones, motochorros que estaban felices porque alguien se preocupaba por ellos y les enseñaba sin problemas
Un luqueño de pura cepa, voluntarioso y con una bondad desbordante no dudó ni un instante para presentarse en forma voluntaria para enseñar en la escuela “Virgen de la Merced”, que funciona dentro de la penitenciaría de Tacumbú. “Yo, que ejerzo la docencia ad honorem desde que tengo 21 años, me ofrecí como voluntario para enseñar en la escuela penitenciaria “Virgen de la Merced”. Enseñé allí en forma voluntaria durante dos años. “Ad honorem” significa “por el honor”. Y para mí realmente fue un honor haber enseñado allí en donde tantas personas carenciadas de conocimientos y de afecto, porque ellos a pesar de haber fallado con la sociedad, el hecho de estar encerrados los lastima y muchísimo”, he’i Yorkan Núñez Cabeza de Vaca (38) a Crónica.
Upéi continuó, “en esa escuela había trescientos alumnos, la mayoría presos por asalto y homicidio. Casi todos jóvenes de distintas ciudades de Central, y especialmente de Asunción. Muchos de ellos eran analfabetos. Me tocó a mí enseñarles la materia Historia y Geografía, pero terminé enseñándoles varias materias a la vez. La necesidad de conocimientos básicos era muy grande allí”, relató.
Los alumnos son todos iguales, ya sea en las instituciones públicas, privadas y ese comportamiento no es ajeno dentro de la escuela del penal, “en mi primer día de clases allí entré a un aula donde estaban 80 alumnos. Me paré frente al pizarrón, a nadie pareció importarle mi presencia. Dije “¡Buenos días!”, y solo algunos de la primera fila me respondieron el saludo”.
Un estudiante quería que haya un nuevo doctor Francia ndaje
Al final de una de las clases se acercó un alumno al profe y le pidió permiso para preguntarle algo. “Profesor, nos dijiste que el doctor Francia fusilaba a los delincuentes. Y yo te digo que hacía bien, porque él no le perdonaba a los delincuentes ni aunque fueran ricos”, gatilló el estudiante. Y después siguió, “la verdad que me gustaría que hubiera de nuevo alguien como el doctor Francia. Yo estoy en infracción y sé que él me fusilaría, pero sé que también va a fusilar a los que roban en el Gobierno, entonces ¡que me fusile nomás, con gusto voy a aceptar si él era así como nos contaste, porque sé que así se va a limpiar de malandros el Paraguay”.
Alumnos se paraban para saludar al profe
El profe Yorkan es un fanático de la disciplina, por lo que fue lo primero que impuso en su clase. “Dejé la tiza y el borrador en un costado y exclamé con autoridad ‘¡de pie, todos!’, me presenté a ellos y les dije que mi nombre es Yorkan, y a partir de hoy seré el profesor de Historia. Cada vez que yo entre a la clase todos se pondrán de pie, como se hacía antes en las escuelas”.
A algunos no les gustó al parecer ha oprotesta, “¿y por qué tenemos que pararnos?” me dijeron y yo les dije que era para entender lo que es la disciplina y el orden. Así empecé mis clases, y a partir del segundo día yo entraba al curso y decía “¡Buenos días!” y los alumnos se paraban como soldados y repetían al mismo tiempo “¡Buenos días profesor!”. Cada clase era una lección nueva, sobre la vida de los héroes de la Patria, “cuando terminábamos las clases, yo le hacía tres hurras al héroe y los muchachos decían tres veces hurra que retumbaba por toda la cárcel.
Upéi continuó, “en esa escuela había trescientos alumnos, la mayoría presos por asalto y homicidio. Casi todos jóvenes de distintas ciudades de Central, y especialmente de Asunción. Muchos de ellos eran analfabetos. Me tocó a mí enseñarles la materia Historia y Geografía, pero terminé enseñándoles varias materias a la vez. La necesidad de conocimientos básicos era muy grande allí”, relató.
Los alumnos son todos iguales, ya sea en las instituciones públicas, privadas y ese comportamiento no es ajeno dentro de la escuela del penal, “en mi primer día de clases allí entré a un aula donde estaban 80 alumnos. Me paré frente al pizarrón, a nadie pareció importarle mi presencia. Dije “¡Buenos días!”, y solo algunos de la primera fila me respondieron el saludo” •
MÁS DATOS
VARIAS CARRERAS
Yorkan fue a estudiar en la Facultad de Medicina, ya que sus padres son médicos, pero se aburrió y lo dejó. Upéi siguió Derecho avei, también fue militar por 8 meses.
BOMBERO Y KUNG FU
La vocación de servicio de este gran hombre lo llevó a ser bombero voluntario, también sirvió voluntariamente en el Hospital Regional de Luque. Avei enseñó Kung Fu.
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