- EN CARNE PROPIA. Los malevos declararon so’o el respeto y ya no ponderan ni siquiera los locales de educación, crean temor en la comunidad escolar
GUSTAVO GALEANO. Corresponsal. Ciudad del Este. El “hambre” con el que accionan los delincuentes no tiene límites. No solo ponen en riesgo la vida de las personas, sino además les quitan el pan de la boca. O en este caso, la carne. Es que un hecho por de más particular se dio en un centro educativo de la capital del Alto Paraná, donde un dúo de desgraciados, no contentos con los objetos de valor, se apoderó del banquete preparado para el festejo de un aniversario.
La mañana era tranquila bajo la lluvia. Los alumnos, justamente por el clima, eran pocos y el silencio, como pocas veces, se apoderó de las aulas y pasillos del colegio “San Pablo” del km 9 Monday de Ciudad del Este.
Se celebraba el Día de San Pablo II, por lo que cinco profesores hicieron una “vaquita” para festejar el aniversario del santo patrono y compraron tres kilitos de asado para aplicarle un almuerzo de confraternidad.
Todo estaba listo cerca del mediodía. En medio de risas y bromas, rodeaban la mesa para clavar los dientes en la carne, momento en que fueron sorprendidos por dos ñatos que con armas en mano dieron la voz de asalto y vivieron un momento de terror en carne propia.
“Todo el mundo cuerpo a tierra” gritaron los dos malevos para comenzar a desplumar a los profesores, yendo primero al propio director. Los malevos se alzaron con seis teléfonos celulares, una compu portátil, un anillo de plata, varios documentos y la parte más “jugosa” del botín, ¡los tres kilos de asado!
MIEDO
Los profes dijeron tener temor por lo expuesto que están a malevos de esta clase.
VIOLENTOS
Según comentaron las víctimas, los desgraciados dijeron que si “jodían” iban a “comer” plomo.
SIN RESPUESTA
Ni bien se concretó el atraco, los docentes llamaron a la Policía, pero he’i que nunca llegaron.
“No pudimos comer porque también se llevaron la carne”
Rubén Alcides González, una de las víctimas, mencionó que los asaltantes fueron muy violentos y les hicieron vivir cinco minutos de terror. “Yo tenía una pulsera y un anillo de plata que los tipos vieron y me obligaron a que les entregue. Era la primera vez que íbamos a festejar el día de Juan Pablo II y aprovechando que no paraba de llover compramos unos 3 kilos de asado para el almuerzo, pero no pudimos comer porque también se llevaron la carne” he’i.
Las otras víctimas fueron Francisco Acosta (50), director; Nidia Florentín (37), Alberto Cabrera (41) y Rubén Darío Ríos (44), todos docentes del colegio.
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