Para algunos animales de dos patas, la vida no vale ni un solo guaraní. Un jovencito de solo 16 años, de nombre Tomás Cuevas Monzón, pagó con su vida la codicia de unos malvivientes. La víctima fatal se desplazaba sobre una motocicleta con su hermanito de 10 años, por un camino vecinal de la compañía Potrero Benítez, del distrito de San Pedro del Paraná.
Al llegar a una zona despoblada de dicha comunidad, el joven ligó un balazo iñakãitepe. Su hermano menor no ligó ni un rasguño, milagrosamente. Luego de una investigaciones, los polis encontraron la moto en un asentamiento denominado 8 de Diciembre, tirada al costado de un camino vecinal.
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