Universo 970 AM
En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena

“Les llegué a romper a 9 jugadores y hasta a un ¡camarógrafo!”

“Les llegué a romper a  9 jugadores y hasta a un ¡camarógrafo!”
  • TRABAJO. Eligio Martínez fue a jugar a Bolivia sin haber chutado en un equipo de Primera en nuestro país. Recuerda su paso por varios equipos
24 AÑOS. El Bolivia jugó mucho tiempo y además estuvo como director técnico.

“Empecé a pelotear desde chiquito acá cerca de mi casa, en el club Gral. Díaz. Después pasé a las inferiores del Sportivo Iteño donde jugué en la Primera unos seis partidos más o menos, de ahí me fui a Pedro Juan Caballero, en el club Atlético Bernardino Caballero donde salimos campeones. De ahí me fui al Sportivo Itacurubí, en la selección de Las Residentas, y de allí integré la selección Pedro Juan Caballero, en donde salí campeón y de ahí a la selección de Amambay, para el Interligas” recordó primeramente Eligio Martínez, quien gracias a esos pasos llegó hasta Bolivia sin haber jugado en ningún club de Primera División de nuestro país.

Era el central o zaguero, cuando jugó la Copa Libertadores con The Strongest y siguió en el mismo club por casi 24 años, unos 14 como jugador y casi diez años en el cuerpo técnico.

– ¿Eras bueno por eso te tuvieron mucho tiempo ahí?

– Sí, yo hacía dupla con un zaguero argentino de nombre Ricardo Fontana, que también fue nacionalizado. Con él hicimos la mejor dupla central de la década en el club y en la selección boliviana.  “Asesinos”, “carniceros”, “papayas” (ya que esa fruta usa para ablandar la carne de chancho) y hasta “terroristas del área” eran algunos de los marcantes que nos pusieron los hinchas, ya que nadie pasaba de nosotros sin que liguen alguna que otra caricia. También estaba el arquero compatriota Luis Galarza, otro de carácter bastante temperamental, y alguna vez escuché decir que éramos “el trío del terror”, porque Lucho también desde el arco imponía un respeto único.

– ¿Pateabas mucho?

– No era violento, malintencionado, sino que iba directo a la marca. Ese era el problema para quien yo marcaba. Yo no era gordo, pero tenía casi 89 kilos de musculatura y surgía ahí la polémica cuando uno superaba a sus adversarios. Les llegué a romper a 9 jugadores y hasta a un camarógrafo.

– ¿Cómo fue eso?

– Me acuerdo que me tiré al piso para sacar una pelota, me fui fuera de la cancha porque estaba mojado el pasto. Allí le llevé por delante al camarógrafo que estaba al costado de la cancha. Pero esos recuerdos me ponen mal, por eso pedí disculpas y perdón a quienes les lastimé, por eso no quiero luego hablar de eso, porque esa es la parte negativa de mi carrera y ahora, con los años, me arrepentí y lo siento. Como dije, entonces no marcaba con mala intención, iba frontal, era fuerte y bueno ahí estaban las consecuencias.

– ¿Y qué opinás de eso, de haber lastimado a rivales?

– Desde hace años llevo esa culpa de haber lesionado y fracturado a colegas, porque cuesta recuperarse de esas situaciones. Pero en una de esas también yo ligué lo mío, tuve una fractura en el quinto metatarsiano, producto de una pisada del rival. Eso me sacó un tiempo de las canchas.

ALEJADO DE LA PELOTA

BOLIVIA. Tuvo la oportunidad de jugar por mucho tiempo en Bolivia. Lo consideraban uno de los
mejores.

– ¿Qué hiciste cuando dejaste el fútbol?

– Me decidí ir a trabajar a los Estados Unidos, en donde estuve diez años. Estados Unidos es un país de oportunidades, cualquier inmigrante podía irse ahí a progresar, eso es lo que atrajo, por eso me fui, solo, mi señora se quedó acá sola con los hijos. En esos diez años, ni una vez no vine ni de visita.

– ¿Y cómo hiciste para estar 10 años lejos?

– No fue nada fácil porque no hablaba ni una jota de inglés. Me fui a la ciudad de Dallas, en Texas y ahí trabajé en lo que todo inmigrante trabaja. Fui albañil, chofer, jardinero, hice de todo, hacía lo que se me presentaba, yo no me fui a trabajar en lo que sabía hacer. Me manejaba con un diccionario, en donde aprendí lo básico para poder comunicarme, un año estuve estudiando de madrugada para poder hablar.

– ¿Juntaste mucho dinero allá?

– Sí, y con eso me compré unas propiedades en nuestro país, ya que le enviaba todo lo que podía a mi señora. Luego volví con un poco de capital ya, y pensé ¿que puedo hacer acá? Entonces empecé a trabajar con un criado que teníamos en casa. Compré una camionetita y vendíamos almohadas. Después ya compré sábanas, vaqueros y eso para la venta. Nos íbamos por todos lados a ofrecer, acá en el Área Metropolitana, Cnel. Oviedo, Villarrica, por todos lados viajamos para la venta. Gracias a Dios nos iba bastante bien y ya me pude comprar otra camioneta más grande.

RECICLADOR

COMPRA. En la actualidad se dedica a comprar hierro y venderlos.

– Hiciste de todo para salir adelante…

– No es todo, también se me ocurrió trabajar en reciclaje. Empecé a comprar plásticos, hierros viejos, chatarras, recorría con mi vehículo de aquí para allá para buscar los hierros. Llegamos a comprar tantos hierros, que nosotros mismos teníamos que cargar en los camiones.

Ni domingo descansábamos porque venía gente de todos lados a venderme latitas y plásticos. Yo no compraba así de la gente al principio, pero venían a contarme que no tenían ni para comer. Entonces yo empecé a comprar de ellos también para ayudarlos. Eso es lo que más me motivaba para trabajar con ellos, ya que así les podía ayudar un poco con sus pequeñas ventas, y así colaborar para dar de comer a su familia.

– ¿Hasta ahora comprás?

– Sí, pero solamente hierro nomás ya. Tengo mucho acá, pero no vendo. Si ahora vendo voy a perder mucha plata, estoy esperando más. Pero siempre le compramos hierro a la fábrica Chacomer.

Compartir en redes

Comentarios

En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena
Crónica