BENDICIÓN. Enrique Pavón recuerda que cuando fue papá, a sus 24 años, se vio en la obligación de buscar trabajo. Iba a hacer changa como delivery, pero justo en ese momento, como una bendición, le salió un proyecto en la tele. Arrancó y no paró nunca más.

El actor Enrique Pavón es papá de Emma Thais de 2 años, Facundo Enrique, de 6; Thiago Maximiliano de 10, y de Fabrizio Elliezer, de 16 pirulos. Junto a ellos y su esposa Esther, la mamá de los 4, va a celebrar hoy el Día del Padre en su casa de Fernando de la Mora, ciudad en la que lleva viviendo más de 20 años.

Nació y se malcrió en Asunción, el amor le llevó hacia Ypacaraí, y ya después de formar familia se instaló en la Ciudad Joven y Feliz.

“Tengo 4 hijos. Ellos son los pilares de mi vida. Creo que los seres humanos necesitamos siempre una motivación, algo que justifique todo lo que hacemos. El motor tiene que funcionar bien y los hijos son los que hacen eso; sin saber, sin buscar, son los que nos motivan a movernos, a animarnos, a tener objetivos”, dice el actor que se destaca tanto en televisión como en cine.

– ¿Te acordás de aquel momento en que te convertiste en papá?

– ¡Sí…! Todos tenemos momentos que no se borran, que se quedan para siempre. Mi primer hijo tuve a los 24 años. La primera sensación de ser papá fue espectacular. Ya era otra responsabilidad. Me acuerdo que tenía que producir, porque hendy. Entonces, se me ocurrió trabajar de delivery. Pero había un problema, yo no tenía moto y tampoco sabía manejar. Pero algo tenía que hacer, había una responsabilidad sobre mi espalda. Ya era papá. Mientras buscaba para mi moto, me ponía a practicar para saber manejar. Y justo en ese momento surgió también la posibilidad de hacer algo en televisión y generar algo de plata. Y no compré nomás la moto. Se quedó atrás el proyecto de trabajar como delivery.

– ¿Qué te salió?

– Pelota Jára. Ahí empezó todo. De la mano vinieron los dos, el hijo y la televisión.

– Fabrizio vino con el pan bajo el brazo, entonces.

– Y como dicen, un hijo es una bendición. “Dios proveerá” jajaja… Cuando sos papá cambia todo. Para muchos, ahí recién nace la responsabilidad. Yo siempre digo que si no era por ellos, por mis hijos, yo amanecía tirado por ahí, por la calle.

– ¿Por qué?

– Porque tenía muchos amigos, andaba de aquí para allá, no me tranquilizaba, necesitaba bajar unos cambios. Y una vez que sos papá, si asumís ese rol como corresponde, llega la obligación de ser responsable y cambiás. Ellos son mi cable a tierra, ellos me hacían bajar los cambios y a seguir como corresponde en esta vida.

– ¿Eras farrista, no te quedabas?

– Tenía muchos amigos, de aquí para allá. Llegué a estar en 20 grupos de WhatsApp. Me fui desconectando de todo, dedicándome más a ellos. Desde que nacieron fueron cambiándome.

– ¿Los cuatro hijos tuviste con la misma mamá?

– Sí, los cuatro hijos son de la misma mamá. Esther se llama mi esposa. Ella no está en los medios, es perfil bajo. Es todo lo contrario a mí.

– Pero te bancó.

– Sí, me bancó, gracias a Dios tengo una muy buena familia.

– ¿Algunos de tus hijos quieren seguir tus pasos en el mundo artístico?

– Los cuatro tienen talentos haciendo cosas y demuestran ganas de hacer entrar en el mismo rubro, pero yo quiero que estudien. Este es un país muy difícil para trabajar en los medios y para ser actor. Tienen que ser demasiado afortunados para surgir.

– El mayor ya está cerca de terminar el colegio, ¿ya sabe qué va a estudiar?

– Quiere estudiar Comercio Internacional. También estaba jugando fútbol.

– ¿Dónde?

– Probó en distintas escuelas de fútbol. Probó en Deportivo Capiatá, pero iba a quedarse en Tembetary, en la Sub 16. Y justo vino la pandemia y paró todo. Pero la prioridad es que pueda estudiar, seguir una carrera.

 – ¿Algunos de tus hijos ya actuaron contigo?

– El de 10 años, Thiago, ahora está en la película. Actuó en la película (“Pedro Juan, Dos Caballeros”), que no se va a estrenar todavía, probablemente el año próximo recién se va a estrenar.

– ¿Qué papel hace?

– Thiago hace el papel de un mitã’i en una escena cortita. –

 ¿Y los demás…?

– A Emma le gusta el baile. Ve cualquier cosa y ya se pone a bailar.

EL ALMUERZO, “SAGRADO”

 – Entre televisión, radio, grabaciones, animaciones y tus compromisos comerciales, seguro te faltan horas en el día. ¿En qué momento compartís con tus hijos?

– Siempre busqué liberar el horario del almuerzo. En ese horario estoy en casa, almorzamos todos juntos. Siempre trato de acomodar mis actividades para estar todos juntos en la mesa al mediodía. Y los fines de semana también compartimos.

– Pero antes salías mucho, tenías tus viajes por el interior los fines de semana.

– Sí, antes salía mucho, pero siempre me limitaba a agarrar alguna responsabilidad, siempre acomodé mi tiempo. Cuando era muy lejos rechazaba. Todo Paraguay recorrí gracias a la actuación, pero siempre también busqué dejar tiempo para mi familia.

– ¿Qué hacés en la casa?

– Jugamos, a veces les saco de los videojuegos para llevarles hacia el patio, es bueno que se mueva. Les estoy preparando un parque también, que estamos terminando en un terreno que tenemos cerca de la casa. También me gusta cocinar. Ahí nos juntamos todos, se van detrás de mí, algunos a mirar, otros a ayudar jajaja…

– ¿Te gusta cocinar?

– A mí me gusta mucho cocinar. Uno de mis lugares favoritos en la casa es la cocina, disfruto cuando preparo alguna comida.

– ¿Qué te sale muy rico?

– Mis fuertes son el guiso de arroz popo, la costilla de cerdo a la brasa. Me gusta de repente experimentar también. Las veces que puedo, yo cocino en casa y por suerte con todo lo que preparo suelo acertar.

– Dijiste que estás preparando un parque para tus hijos, ¿ahí les colocás juegos, es como una placita propia?

– Tiene trampolín y eso. Trato de crear un espacio para que trepen, para que corran. Los amigos también llevan a sus hijos ahí. Busco la forma de que no estén solo con los juegos digitales.