LUJOS. Fiel a su estilo, desde que volvió a su país lleva una vida con exceso de ostentación
No es ning una novedad que a Emmanuel Adebayor le gustan los lujos y ostentarlos. En medio de su ostentación, con sus mozos sirviéndole el desayuno, se puede ver su equipo de tereré que llevó de Paraguay, ocupando un lugar importante en su casa. Está en su desayunador. Llevó yerba también y, según él, aprendió a tomar.
Juega tenis con sus amigos, va a su templo a rezar, visita a amigos y hace beneficencia con familiares de exfutbolistas, con los que él quiere, no con los que le piden. En sus recorridos se puede ver que en Togo, por lo visto, o son más resistentes al coronavirus o no le tienen miedo, porque nadie usa tapabocas.
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