• FESTEJO A LO GRANDE. La edad no fue impedimento para que se dé todos los gustos que quiso con la comida: eso sí, el asado no es su fuerte

CIRO ACUÑA. ESPECIAL.

El lazo más importante que mantiene a una familia unida, sin dudas que es el amor. Eso es algo que sabe muy bien Petrona Arévalos, quien un 29 de junio de 1909 (aunque en su cédula dice 1911) llegó a este mundo en Tuyutî Guazú, sin imaginarse lo que la vida le iba a deparar.

“Estoy soltera y sin compromiso” dice mientras deja escapar una risa. Es que a lo largo de su existencia, jamás llegó a casarse o tener hijos, más allá de alguna que otra relación amorosa que no pasó a mayores. Es por eso que, casi sin querer, terminó siendo “adoptada” por una familia, hace más de 60 años, cuando los momentos duros vinieron uno tras otro.

Tras la muerte de sus padres y los hermanos que tenía, ella quedó sola, aún siendo una persona relativamente joven. Sin nadie a quién responder, empezó a cuidar de los chicos de una familia de su comunidad.

Con el correr de los años, comenzó a formar parte de la misma, primero criando a los hijos, luego a los nietos y, mientras el físico se lo permitió, a las distintas generaciones que fueron llegando. Es por eso que dentro de la casa todos la llaman “abuela”, y el cariño que siente por ella va más allá de lo que la sangre diga.

Eso sí, si algún “pretendiente” aparece por esas cosas de la vida, tendrá que saber que no le será fácil “conquistarla”, porque el amor inmenso que recibe de todos es mucho más de lo que jamás se imaginó iba a recibir.

GUSTABA BAILAR

Entre quienes hoy la cuidan, dejaron conocer dos datos curiosos. Uno es que era una amante de los bailes, ya que siempre le gustó “sacudir el esqueleto” hasta que la edad le dijo “basta” y pasó a sentarse en una silla de ruedas. Otra de las “confesiones” que hicieron pasa por la comida, contando que es una amante de todos los platos que son tradicionales “tierra adentro”, pero no tanto el asado, que no era su fuerte, exactamente.

Cuentan que la “abuela” siempre fue muy cariñosa con todos, y es por eso que el amor que le supieron dar fue “bien ganado”. Crió a la mayoría de quienes hoy formaron sus propias familias.

TIENE PENSIÓN

Gracias a que se hizo de cédula, ahora puede cobrar una la pensión que da el estado a los abuelos para que tengan un mejor pasar.