Que Guaraní juega bien, no es ninguna novedad. Pero lo que al hincha aurinegro le “picaba” es que en las últimas presentaciones que hizo de local no le fue del todo bien, ya que se tropezó (y mal) contra Capiatá y no pudo pasar de un empate vai contra General Díaz.

Pero ayer estaba dispuesto a dejar todo para rever esta sitú. Y lo logró nada menos que contra un River que, mientras estuvo bien de cuerpo y alma, le complicó la existencia. Tanto así que incluso clavó el primero con un cabezazo de Viera, el goleador que volvía.

Y hablando de vueltas, otro que estaba de regreso fue Ortigoza, quien se “despertó” al ver la desventaja. Junto a Gaona Lugo fue lo mejor del equipo.

El empate llegó rápido, con bastante fortuna para el Cacique y mucho de desgracia para Arrúa, que queriendo desviar el centro de Gaona la mandó adentro.

A partir de ahí fue todo aurinegro. Una excelente triangulación García-Ortigoza-García terminó en el 2-1, marcador que por momentos pareció corto. El Kelito reaccionó muy al final, y si bien pudo empatarlo, pagó caro el “irse” del partido antes de tiempo.

Polémica de la gran siete: ¿Fue penal o fue offside?

A los 36 de la primera parte se vino una jugada para la polémica. Gaona Lugo sacó un centro al corazón del área que un zaguero interceptó.

El de Guaraní, por la carrera que traía, traspasó la línea de fondo. Al ver el rebote, rápidamente regresó a la cancha y al tocar la pelota recibió un patadón de Silvio Torales.

Todos en la “toldería” reclamaron tiro penal, pero el asistente le cobró fuera de juego a Gaona por retornar a la cancha y jugar el balón que rebotó, como dice la regla 11.