El ex pelotero de Cerro, Silvio Garay, repasó junto a Crónica lo que fue su estadía por el fútbol y resaltó que jugar ante el tradicional rival era “como un sueño” y que no dormía de la ansiedad.

• POR JORGE IZQUIERDO

Fue muy destacado jugando por Sol de América y eso le valió para estar en la mira de los dos equipos más grandes del fútbol paraguayo, pero el que finalmente ganó la pulseada fue Cerro Porteño, quien lo tuvo a Silvio Garay en sus filas en los años 2001 y 2002.

El “Pelado”, o quizás más conocido como “Huevo duro” Garay (46 años), charló con Crónica y sobre su paso en el fútbol a nivel profesional sostuvo “estoy muy orgulloso de lo que hice y de lo que conseguí gracias al fútbol. Puedo decir que soy un bendecido porque jugué muchos años a nivel profesional y también tuve la satisfacción de jugar por la selección paraguaya”.

Silvio chutó unos 6 años en el Danzarín y luego, gracias a la gestión del DT Luis Cubilla (ya fallecido), llegó al Ciclón. “Mi vida cambió 180 grados, tanto a nivel social y económico. Fue un paso muy importante que me ayudó a crecer muchísimo. Cubilla ya me quiso llevar a Olimpia, pero no se llegó a un acuerdo y cuando estuvo en Cerro se pudo concretar, siempre le voy a estar agradecido, fue un grandísimo técnico”, siguió diciendo nuestro entrevistado.

Al ser consultado de cómo vivía el clásico ante Olimpia, el “Pelado” dijo, en medio de su nostalgia, que “los clásicos eran como ir de paseo. Era un sueño que todo jugador quería vivir y yo lo pude disfrutar. En la semana ya se hacía especial, uno quería que llegue nomás ya el día del partido. En la concentración no podía dormir, tenía mucha ansiedad”, finalizó el pelado.

CAMPEÓN. Silvio Garay se consagró campeón con el Ciclón en el 2001, cuando el DT era Mario Jacquet. Silvio también jugó la Copa Libertadores con el Azulgrana.

TRAYECTORIA. El pelado vino del Interligas, jugó por la selección de Paraguarí. Debutó en la Primera División de Paraguay, en Sol, luego pasó por Cerro, Tacuary, 12 de Octubre y Fernando de la Mora.

“Huevo duro” y la alegría de haber jugado por la Albirroja

“Uff… de eso estaré contento toda mi vida”, eso dijo Silvio Garay cuando le tocamos el tema de la selección paraguaya: “Estuve en algunos partidos de eliminatorias para Francia 1998 y también estuve en la Copa América del 2001 (Colombia). El haber estado compartiendo con grandes jugadores y competir contra otros de enorme jerarquía me hicieron sentir un consagrado. Ojalá que la Albirroja pueda volver a estar en un Mundial”, sintetizó.

Tras el fútbol, Silvio se dedicó a manejar transporte escolar

Silvio siguió charlando con nosotros y a la hora de hablar de su retiro dijo que “en Primera División jugué por última vez con el 12 de Octubre (Itauguá). Luego tuve paso por la Intermedia y también fui por unos meses a Indonesia. Ahora tengo mi negocio con la familia, tengo transportes escolares y a eso me dedico. Ya cuando estaba en Cerro empecé a invertir en esto y la verdad que estoy tranquilo, me da mucho más tiempo de compartir con mi familia”, remató.

Copa Paraguay: “Es una chance demasiado linda”

Silvio también se refirió hacia la Copa Paraguay y señaló que “es una chance demasiado linda para los equipos chicos y para los que son del interior. Uno sueña en tener una oportunidad en un equipo de Primera y esta Copa sirve para eso, para que los jugadores se puedan mostrar. A mí me parece una decisión acertada”.

Fermín, Pedro y “Dunga”, los grandes espejos

A la hora de elegir a referentes en el puesto que jugaba Silvio Garay, que era volante, este sostuvo que “de acá miraba mucho a Fermín Balbuena y a Pedro Garay, eran de los mejores en su tiempo. Si tengo que elegir a un referente internacional, me quedo con “Dunga” (brasilero), lo veía en los mundiales y era un líder”, remató.

Siendo joven tuvo que hacer de zapatero

En su momento, Silvio tuvo que pelear bastante para progresar. “Cuando jugaba en la Liga de Yaguarón tenía que hacer de todo un poco para ganarme algo de platita. Trabajaba en una zapatería que tenía el presidente del club donde yo jugaba. A veces no podía terminar los zapatos porque tenía colegio y también tenía que practicar. En esos casos los llevaba a casa y ahí costureaba a la noche”, le bajó el ex pelotero.

“Me levantaba a las 3 y media para venir”

Cuando le tocó venir del Interligas a Sol de América, Silvio tuvo que sacrificarse el doble: “Me levantaba a las 3 y media de la mañana para llegar a las 07:00 horas a la práctica y después tenía que hacer de vuelta el trayecto hasta Yaguarón. Meses después ya fui mejorando y ya vine hacia acá. Jugué en Primera y un tiempo después tuve tanta suerte que en una rifa que jugué, saqué un auto 0 kilómetro. Fue mi año de la suerte, me salieron muchas cosas positivas”, añadió.

A la hora de elegir un ídolo de infancia, Garay la tiene clara: “Romerito. Marcó mi infancia con el Mundial de 1986”, culminó.