Los días malos siguen para Olimpia. Anoche, literalmente se despidió de la Copa Libertadores, tras perder de local ante Santos. El 3-2 de hecho lo dejaba afuera, dependiendo de si Defensa y Justicia (segundo) ganaba su partido de última hora de anoche ante Delfín de Ecuador, de visitante.

Se suele decir que los males vienen todos juntos. Y el caso de Olimpia es así. A su bajón en el Apertura le sumó lo sucedido con su presidente Marco Trovato, sancionado por FIFA. Y bueno, lo de anoche fue el corolario de un mes negro.

Porque comenzó perdiendo, luego lo dio vuelta, pero los errores defensivos le jodieron la vida. El “Pollo” Recalde logró la remontada con dos goles, neutralizando el tanto de penal de Sánchez.

Sin embargo, en un tiro libre que nadie tocó en el trayecto y que contó con la complicidad de Azcona, Marinho logró empatar antes del cierre del primer tiempo.

Los errores no pararon en el complemento y en otra jugada por arriba, la defensa quedó pagando, para que Sánchez habilite a Kaio, que sentenció a Azcona.

Los cambios desesperados de Garnero solo generaron centros “a lo que salga”, con algunas ocasiones, pero no alcanzó para más. Restaba rezar anoche por Delfín, pero hacer eso en Copa es el mismo suicidio.

El consuelo sería jugar la “sudaca”

Esta Copa Libertadores está siendo de terror para Olimpia. En cinco partidos solo pudo ganar un duelo (de local, a Defensa y Justicia), empató dos (Delfín y Santos) y las dos derrotas seguidas (ante los argentinos y ahora con los rapai). De quedar eliminado, le quedará el consuelo de jugar la Copa Sudamericana.

La defensa, el gran akãrasy que nunca pudo solucionar Garnero

Ya en los campeonatos que logró a nivel local, Olimpia sufría en defensa. Sin embargo, aquello pasó a un segundo plano por la contundencia de los hombres de arriba. La solución nunca llegó y si bien Daniel Garnero llegó a probar con varias fórmulas, principalmente en la zaga central, ninguna dupla dio garantías. Diego Polenta nunca se afirmó ni tuvo muchas oportunidades y Carlos Rolón se lesionó. El resto, en un pobre nivel. Y el equipo pagó las consecuencias.