Carlos Arrúa, figura de Nacional, contó en esta nota el “DT aparte” que tiene en su casa y al que le debe este gran momento.

• Por Arturo Rojas C.

La disciplina es el puente entre metas y logros, dice una conocida frase. Y vaya que sí, que lo diga ahora Carlos Arrúa (23), futbolista de Nacional, de gran presente en el campeonato. En esta entrevista con Crónica, Carlitos destacó el apoyo familiar que siempre tuvo en los momentos difíciles, especialmente de su abuelo (don Bonifacio García), quien hasta ahora le marca el camino a seguir.

“Vengo de una familia muy humilde, costaba mucho ser constante con el tema del fútbol, pero siempre fue mi sueño, se pasa hambre, frío, de todo”, comenzó la nota Carlos, que desde su infancia en Sajonia anduvo detrás de la redonda.

“Mi abuelo es el que me tiene bien cortito, me da consejos, qué debo comer, que tengo que cuidarme y yo solamente tengo que obedecer, no me gusta luego la joda porque sé que eso no me conviene. Gracias a él, y a mis padres (Carlos Arrúa y Liliana García), llegué a donde estoy ahora, porque la disciplina es lo más importante en esta profesión”, agregó.

Como todo futbolista, Carlitos la tuvo que remar mucho para ser considerado en la Primera. “Mi abuelo es el que más andaba detrás de mí, no teníamos los miedos suficientes a veces para movernos de tal parte, igual me acompañaba en colectivo, haga frío o calor. Cuando estaba mal o frustrado por no estar en la Primera, me alentaba, me decía que tenía que ir para adelante, que ya iba a salir”, dijo nuestro entrevistado.

Le costó surgir, pero con sacrificio y un “equipo” fuerte en el hogar, Carlitos está logrando vivir de lo que más ama.

INFERIORES

Carlos Arrúa probó en Cerro Porteño, pero no quedó. Después fue a jugar en Atlántida, donde sí pudo jugar.

NACIONAL

Llegó a la cantera tricolor para la Sub 18 y finalmente logró quedarse. Desde los 21 años que están en la Primera.

“A los 8 años probé fútbol de campo y me gustó”

En sus inicios, en Atlántida, Carlos Arrúa jugaba mucho futsal, hasta que un día sus compañeros de equipo, el famoso “lígape”, le dijeron que pruebe fútbol de campo y fue lo mejor que le pudo haber pasado.

“A los 8 años recién comencé a jugar fútbol de campo, antes solamente le metía al futsal, unos compañeros de ahí que también jugaban en cancha grande me insistieron y fui a probar en la escuela de fútbol, puedo decir que me encantó desde ese momento y no paré más”, remató el joven futbolista tricolor.

LO DIJO

“EN SU MOMENTO ME SENTÍA FRUSTADO POR NO ESTAR JUGANDO EN PRIMERA, SIENDO QUE YA TENÍA NIVEL, PERO AGUANTÉ”

CARLOS ARRÚA

FUTBOLISTA DE NACIONAL

La prioridad que tiene Carlitos es…

Además de todos los objetivos deportivos que tiene en mente, Carlos Arrúa comentó también otras metas que tiene en la vida y confía en lograrlo gracias al fútbol. “Mi prioridad ahora mismo es arreglar la casa de mis padres, le debo mucho a ellos y tengo que poner mi parte como se dice. Estamos arreglando ya gracias a lo que me dio el fútbol en estos años, pero faltan algunas cosas”, contó el futbolista de Nacional, que hasta ahora vive en Sajonia.

¿Lujos personales? “No pienso en eso, no tengo auto, uso el de mi papá nomás o él me lleva. La verdad que tengo otras prioridades”, dijo.

“El futsal me ayudó mucho para tener un poco de plata”

Muchos jugadores hacen de todo para mantenerse económicamente, y el caso de Carlos Arrúa no es la excepción. La diferencia es que la pelota le daba esa satisfacción. “Estando en Nacional ya, yo igual me iba a jugar en futsal en el interior, ahí me pagaban re-bien y gracias a eso pude mantenerme, puedo decir que el futsal me ayudó mucho para tener un poco de plata cuando las cosas no estaban tan bien en el fútbol de campo”, comentó Carlitos.

Arrúa estuvo en el Atlético Norteño de Villeta, un conocido equipo en el rubro del futsal. “Me retaban en Nacional porque me iba a jugar, pero yo les decía que tenía que generar plata también. Después de eso me dieron para mi viático, y dejé el futsal”, agregó.