Vistió la casaca de varios clubes en Colombia, entre ellos el Once Caldas, pero tras colgar los botines no encontró trabajo en su país y por eso emigró a EE. UU.
- POR OSCAR PATIÑO RIVEROS
Julián Barahona Angulo (42 años) nació en Bugalagrande, Valle del Cauca (Colombia), un 8 de marzo de 1978. Comenzó en el Deportivo Tuluá, pasó por el Deportes Tolima, Once Caldas, club al que llegó en el segundo semestre del 2004, ya después de que el equipo de Manizales haya ganado la Copa Libertadores de América.
Estuvo solo un semestre en el Once Caldas y no fue parte del plantel que viajó a Japón para la disputa de la Copa Intercontinental frente al Porto de Portugal.
Más tarde vistió la casaca de Real Cartagena, Deportivo Pereira, Junior de Barranquilla y Patriotas de Boyacá.
Dejó el fútbol a los 35 años sin haber hecho una “gran diferencia económica”, por lo que tuvo que buscar trabajo y al no encontrar algo que realmente valga la pena en su país, emigró a Estados Unidos, donde según sus propias palabras “hay mucho más cosas por hacer”.
“Dejar el fútbol cuesta mucho; además, hay que aclarar algo, uno tiene que darse cuenta cuando ya tienen edad porque uno no se retira, es el fútbol que lo retira a uno”, dijo en charla con Crónica desde la ciudad de Nueva York.
Al relatar los motivos que lo llevaron a dejar su país y radicarse en Norteamérica, apuntó: “Decidí vivir en Estados Unidos porque en Colombia económicamente no me fue bien y al dejar el fútbol ya no había nada que yo podía hacer”.
La primera vez que Barahona se fue a EE. UU. fue en el año 2013, viajó con la intención de fichar por el Cosmos y seguir jugando al fútbol, pero las cosas no salieron como esperaba y tuvo que volver a su tierra.
“Mientras uno juega no piensa que el dinero se va a acabar”
Aclaró que en Colombia no se gana el dinero suficiente para hacer una diferencia económica y poder tener un retiro tranquilo; sin embargo, admitió que a más de este problema, los futbolistas no cuidan su plata.
“Mientras uno juega al fútbol no piensa que el dinero se va a acabar, también creemos que la fama nunca se va a terminar y no es así. Todo tiene su límite. Muchos dejan el fútbol y no saben hacer otra cosa, fue lo que me pasó a mí. Yo decidí venir a Estados Unidos porque acá puedo hacer muchas cosa y de hecho lo hice. Cuando llegué trabajé en un lavadero de auto, luego fui jardinero y ahora soy pintor, hago pinturas en obras”, admitió.Después añadió, “fue muy buena la decisión de venir aquí, no me arrepiento de nada, aquí puedo trabajar sin ningún problema”, he’i.
Elogió a Roberto Cabañas y a Edison Giménez
Barahona jugó con dos grandes futbolistas que tuvo nuestro país, el primero Roberto “La Pantera” Cabañas y el segundo Edison Giménez.
“Conozco a varios muy buenos jugadores paraguayos, jugué con dos de ellos, Roberto Cabañas en Real Cartagena y Edison Giménez en el Deportivo Pereira. La verdad tengo muy buenos recuerdos de los dos, eran muy buenas personas, además de ser buenos jugadores”, remarcó. También recordó cuando visitó Asunción para jugar un partido por Copa Libertadores de América ante Libertad, “me gustó Asunción, linda ciudad”, dijo.
“Los dirigentes colombianos sacan más de lo que ponen”
Un problema muy similar a lo que sucede en algunos clubes de nuestro país (como General Díaz) ocurre en Colombia, de acuerdo a lo manifestado por nuestro entrevistado. “En el fútbol de Colombia nos creímos el cuento de que tenemos la 5.ª mejor liga del mundo y eso no es así porque vamos a los torneos internacionales y fracasamos. Los dirigentes colombianos sacan más de lo que ponen, sacan más de lo que invierten. Para triunfar en el fútbol hay que hacer grandes sacrificios, no es nada fácil”, puntualizó. Pese a todo dijo que en su país hay muy buenos jugadores en la actualidad.
“Peloteros” tienen un ego muy grande
Otro de los puntos claves que Julián aprendió con los años fue a controlar su ego, ya que muchos que son (se se creen estrellas) ya no quieren escuchar cuando un DT les habla o les da instrucciones.
“El ego de nosotros los futbolistas es muy grande y muchos creen que por ser famosos o haberse ganado la titularidad en un equipo ya no deben recibir instrucciones del técnico de sus equipos, uno siempre debe ser respetuoso con el técnicos. Eso lo aprendí con los años”, sentenció.
MAYO DEL 2016
Fue el mes y año que Julián llegó al gran país del Norte para trabajar en lo que podía y así comenzar una nueva vida, ya lejos del fútbol. En toda su carrera disputó 387 partidos vistiendo la casaca de diferentes clubes.
“DEJAR EL FÚTBOL CUESTA MUCHO, ADEMÁS HAY QUE ACLARAR ALGO, UNO TIENE QUE DARSE CUENTA CUANDO YA TIENEN EDAD PORQUE UNO NO SE RETIRA, ES EL FÚTBOL QUE LO RETIRA A UNO”
JULIÁN BARAHONA
Exjugador de Once Caldas
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