Cuando un equipo como Rubio Ñu está con la soga al cuello en cuanto al tema descenso, lo lógico sería que en todos los partidos salga en busca de la victoria de principio a fin, pero los de Trinidad no lo entienden así, juegan casi siempre como si estuvieran en la cima de la tabla de posiciones con varios puntos de ventaja.

Ayer igualó 0-0 con el Deportivo Santaní y continúa muy comprometido en la tabla de promedios.

Alicio Solalinde ya no está en el banco, hoy por hoy el encargado de armar la figura táctica y de levantarle el ánimo a los jugadores es Miguel Pavani, quien ayer se habrá dado cuenta que no tiene plantel como para jugar como él quisiera y que deberá adaptarse a lo que hay en el club.

Si hay que hacer un porcentaje sobre la posesión del balón, Santaní tuvo más la pelota y generó muchas más ocasiones de gol que su rival; sin embargo nunca se animó a definir el juego a su favor.

En los minutos finales el dueño de casa parecía “contento” con el 0-0, algo incomprensible teniendo en cuenta lo mal que está en el promedio.

No le queda mucho al torneo Apertura, por lo que desde ya los dirigentes del “Rubio” deben cranear qué hacer para armar un gran equipo para el Clausura y buscar con todo quedarse en Primera División.

EL VALÉCHO, Blas Valenzuela

Buen arquero el de Rubio Ñu, más allá de que no fue un partido donde fue exigido al máximo, tapó jugadas de gol importantes a lo largo de los 90 minutos. Ojalá se consolide en Primera División, más allá de que su equipo descienda o no.

EL ÁRBITRO, Arnaldo Samaniego

Volvió al gran ruido del arbitraje la semana pasada en el duelo entre Cerro Porteño y Luqueño… y ¡¡¡cumplió!!! Ayer de nuevo hizo un buen trabajo en líneas generales, aunque los dos equipos hicieron cuestionamientos hacia su tarea.