POR GERARDO BENÍTEZ MONGES

¡Olimpia campeón! fue el grito que retumbó ayer en todo el país, luego de una serie de postergaciones. El Decano marchó firme y seguro en este partido “extra”, y salió airoso con un lindo 2-1 chutando mejor que su contrario de siempre, Cerro Porteño. De esta manera, el equipo de Francisco Arce, por fin hizo hurra por su título 40.

Ante el Ciclón, justamente fue que el franjeado se había apoderado de la punta del Clausura y se erigió como el candidato a levantar el trofeo como mejor del campeonato, pero ciertos factores impidieron, o mejor dicho, postergaron la celebración. Ayer se dio y el festejo, merecido por cierto, fue para los de Para Uno.

El partido estuvo bien mojado, pues la intensa lluvia que cayó momentos antes del encuentro, fue fenomenal. Esto hizo que resaltaran ciertas imprecisiones dentro del gramado; no obstante, hubo mucho amor propio para intentar salir a flote.

Lo más resaltante en el primer tiempo fue un gol anulado de Lugano, por mano previa de Borja, y el penal no cobrado para Olimpia, por la mano grosera de Oviedo tapándole un gol a Paniagua.

En el complemento, y con un mejor estado de la cancha, se vieron mucho fútbol y goles. Fredy Bareiro, aprovechando un rebote del arquero Álvarez, anotó el primero. Poco después, de carambola, Lugano marca en contra y en una lucha sin cuartel, Beltrán, con todo, descuenta el marcador. Lo cierto es que el partido fue dinámico, con mucha fuerza y con el festejo merecido de Olimpia.

EL VALÉCHO, Fredy Bareiro

No solo abrió el camino de la victoria con su gol, sino que su esfuerzo y entrega en la delantera, fueron claves para un Olimpia bien punzante en ataque.

EL ÁRBITRO, Éber Aquino

Comenzó bien, pero por el camino se destrozó su trabajo, al no sancionar un penal evidente sobre los 38’, cometido por Oviedo, quien debió ir expulsado.