Por Julio González Cabello

No tendrá la varita mágica, ni la lámpara de aladino, pero tiene algo que se perdió hace rato. Credibilidad. Sus pocos años de existencia y sus muchos logros empresariales y deportivos avalan y dan fe que las esperanzas están bien depositadas en Robert Harrison, flamante presidente de la APF. El fútbol paraguayo necesita de una urgente revisión. Precisa sincerarse. Dónde estamos situados. En lo económico y futbolístico.

Un campeonato desgastado por la rutina de su sistema y su manera de disputar, que lejos de atraer, ahuyenta a la gente. Ver los estadios vacíos en su mayoría, es el espectáculo lamentable en cada fecha. Una imagen que recorre el mundo y que lo presentamos como si fuera uno de los mejores.

Olimpia, en ese sentido es un ejemplo. Hay ambiente de fútbol… festivo en los partidos en los que juega, gracias a su gente que está siempre presente. Cerro Porteño con sus altas y bajas. Un público demasiado ansioso por todo lo que se promete y proyecta. Descreído también por resultados de un equipo que muestra muchos altibajos.

Responsabilizamos siempre a los grandes por sus ambiciones, proyectos y por la convocatoria que tienen. Por sobre la recuperación de Guaraní con el “Chiqui” Arce o esa esperanza latente de un Luqueño que queda en intenciones, con un público considerable. Libertad siempre protagonista. Lo de Sol, para el aplauso. Nacional que no puede despegar. Y los demás que buscan hacerse de un espacio dentro de ese habitáculo bastante peleado de la tabla de posiciones, se desenvuelve nuestro campeonato.

El tan mentado gran fútbol nacional será uno de los temas en la agenda del nuevo titular del fútbol. Una asignatura hasta ahora pendiente, que solo conoce de fracasos por la manera de encararlos.

Equipos del interior que ascienden con las esperanzas puestas en ser protagonistas que después quedan en la nada. Ciudad del Este, Encarnación, Pedro Juan Caballero, Santaní, Oviedo, Caaguazú, por citar algunas ciudades que tendrían que ser epicentros del gran fútbol nacional. Algunas de ellas con estadios majestuosos en total desuso.

Un tema remanido pero vigente y que será considerada por la nueva cúpula dirigencial si pretendemos sacudirnos de un fútbol estancado por ser siempre víctima de cuestiones internas que se repiten cada año y que lo único que hace es alejarnos cada vez mas de la realidad del fútbol mundial.