No da libertad. Golpear en el momento propicio es una virtud de este Olimpia de Éver Almeida. Rubio Ñu sabía eso y en el primer tiempo supo generar aproximaciones para adelantarse en el marcador.

El “local” mostraba un interesante juego colectivo, pero en la puntada final le faltaba algo más. A eso hay que sumarle el buen desempeño de los defensores franjeados, que respondieron cuando las papas quemaban con Hernán Pellerano como estandarte.

Cuando no lo haces, te hacen. La regla máxima se cumplió cuando promediaba la primera mitad. El “Vikingo” Giménez en una de sus tantas subidas sacó un centro perfecto -más bien un pase- a la cabeza de Brian Montenegro, quien colocó el balón a un costado del portero Pablo Torresagasti para concretar la primera emoción del encuentro y desatar el griterío en el Este.

Se sabía. Olimpia tuvo una y ya golpeó en el marcador, como viene pasando desde que Almeida agarró el mando.

Con la misma actitud, los ñuenses salieron a la complementaria en busca de la igualdad, pero chocaron de vuelta contra la muralla franjeada construida en el fondo. Si bien el equipo de Almeida sufrió, también tuvo chances para liquidar, con ocasiones claritas para Montenegro y el argentino Pablo Mouche.

El final igual fue tenso para los franjeados, que igual volvieron a gozar, a pesar de no brillar mucho. Con tres triunfos consecutivos, este nuevo Olimpia se pone a uno del puntero Libertad, algo impensado fechas atrás.

HERNÁN PELLERANO

Sacó todas las pelotas y fue determinante a la hora de anticipar jugadas.