En un partido extremadamente difícil, Libertad le ganó a Independiente por 1-0 y cumplió con lo que todo equipo que pretende llegar al título debe hacer, triunfar jugando en casa.
El Guma tuvo un comienzo soñado, ya que a los 27 segundos Óscar Cardozo ya abrió el marcador con un disparo desde fuera del área. Y minutos después pudo haber aumentado, pero no aprovechó un tiro libre que fue prácticamente un penal con barrera.
Con el correr del tiempo los argentinos comenzaron a tranquilizarse, a tocar el balón y generar ocasiones de gol.
A partir de la media hora de juego el encuentro se volvió de ida y vuelta, fue allí donde Paulo Da Silva y Antolín Alcaraz hicieron un gran trabajo en defensa.
La última línea del “Rojo” tuvo sus momentos buenos y malos. Antonio Bareiro no tuvo una buena noche, pese a que el partido era ideal para un jugador rápido como él.
En la complementaria el elenco repollero arriesgó poco, la ventaja que obtuvo en el primer tiempo lo anestesió y le cedió el campo de juego y el balón al rival. Apenas pudo armar un par de contragolpes, más nada. Independiente aprovechó la situación y en varias ocasiones estuvo muy cerca del empate.
El panorama se le complicó a los dirigidos por Fernando Jubero cuando a los 28” Óscar Cardozo se hizo expulsar tontamente.
Desde ese momento la prioridad de los de Tuyucuá fue defender el 1-0, algo que finalmente lo lograron con mucho sacrificio. La llave está abierta, pero ganar en casa, sea por el marcador que sea, es lo ideal y Libertad lo hizo.
Comentarios