Sol de América actuó anoche de “sicario” de Guaraní, al liquidarlo con un doloroso 1-0 sobre el final del partido jugado en Dos Bocas. La derrota del cuadro aborigen deja prácticamente servido el título a Cerro Porteño, que de ganar hoy, tendrá el camino allanado para alzar su trofeo 32, con permiso de Olimpia, su ahora nuevo escolta. 

Si bien el juego se decidió sobre la hora, las ocasiones de gol se sucedieron durante todo el partido. Sol metió a Guaraní en un atolladero sin solución y generó acciones de mucho peligro, que no pudo concretar. El más incisivo de todos fue Martín Giménez, que fue una verdadera pesadilla para la defensa aurinegra. Su velocidad y disparos de media distancia fueron sus armas más recurrentes. 

El Aborigen, por el peso de sus jugadores y su indudable jerarquía, montó lo suyo. Sin embargo, Rodrigo López estuvo en esas noches negras en las que no acertó una. A partir de ahí, y tras la muy exigente expulsión de Palau, las malas sensaciones fueron mayores, hasta que luego de un ida y vuelta en la complementaria, llegó el dudoso penal de Aguilar sobre Giménez, que el mismo delantero transformó en gol. 

Si el empate ya le resultaba un mal trago, la derrota suponía el fin para Guaraní. Pudo haber llegado al empate de haberse beneficiado con el penal que Richard Franco cometió sobre Nery Bareiro que Éber Aquino no observó. De todas formas, el “Indio” ya había agotado sus flechas y se quedó sin nada. 

Martín Giménez

Cerró su gran noche con el gol de penal que le dio la victoria a su equipo. 

Éber Aquino

Muy drástico en la expulsión de Palau. Cobró un penal que no fue y dejó pasar otro.