Chutando por Pilcomayo, en la categoría menor de nuestro fútbol, allá por el año 1997, Herminio Meza vivió una experiencia poco conocida por muchos.

• POR GERARDO BENÍTEZ MONGES

Herminio Meza es un expelotero de tremenda pegada con la zurda en sus mejores tiempos, quien chutó en numerosos clubes, luciendo siempre el número 4 en la casaca. Cerro Porteño y Presidente Hayes fueron sus clubes en la Primera de Honor; incluso, para las eliminatorias del Mundial de Estados Unidos 1994 fue convocado por Sergio Markarián.

Pero sus mayores vivencias y anécdotas los vivió en clubes como Humaitá, Juventud, Colegiales, su querido Deportivo Puerto Elsa y Pilcomayo, de Mariano Roque Alonso. En este último equipo, y por un par de partidos, le tocó ser el técnico, preparador físico, jugador y encima de eso, el que portaba el brazalete de capitán.

“Tuve que asumir esa responsabilidad cuando en plena liguilla (año 1997) el técnico Adilio Monges renunció al cargo; gracias a Dios, todo fue bien, porque éramos todos amigos, pero fue difícil cumplir con todo eso desde dentro de la cancha”, contó Meza.

Recordó que, “llegamos a la final del torneo, entonces hablé con los dirigentes y les pregunté si se podía traer de nuevo a Monges como técnico y felizmente, así se dio. Al menos, las finales ya los condujo él”.

VARIOS ASCENSOS

Meza contó que aportó su granito de arena para el ascenso de varios equipos. Entre ellos mencionó a Humaitá, Pilcomayo, Presidente Hayes y otras ligas del interior.

Dijo que tan solo espera, como otros tantos colegas del ramo, que se autorice el retorno a las canchas, con el debido protocolo sanitario, porque según destacó, “hendy kavaju resa” para muchos. “Lastimosamente no tenemos ningún tipo de ayuda, ni del Estado, ni de nadie, necesitamos que se retorne a las canchas”, dijo.

CON SUS HERMANOS

En ese equipo de Pilcomayo, que llegó a la final de la categoría en el año 97, también jugaron sus hermanos Gustavo y Alberto.

Bodega y pollería, negocio que salva la situación por el covid

Hace como tres años, Herminio Meza y su familia, que la componen su señora María Esther Villalba y su hijo Nicolás Ernesto Ramón, abrieron una bodega en Roque Alonso, un tiempo después, una pollería, que dio sus frutos con el correr del tiempo.

“Gracias a Dios tengo mi negocio, que me respalda bastante bien para seguir adelante; el asadito y el pollo, solo los domingos”, aclaró el exjugador, quien agregó que “ahora es más frecuente la venta, porque estamos parados en lo que nos gusta”, he’i refiriéndose al fútbol.

Compañeros con Catalino

El mundialista Catalino Rivarola fue compañero de Herminio Meza, tanto en la selección de Limpio en el Interligas del 85, a donde fueron como refuerzos provenientes de Mariano Roque Alonso, como también en Cerro Porteño.

“Jugábamos con Catalino en la Liga de Mariano Roque Alonso, luego fuimos a la selección de Limpio como refuerzos y de ahí nos llevaron a Cerro Porteño, fue en el 86, donde Cerro cambiaba y cambiaba de técnico hasta que el año siguiente, ya cuando yo no estaba, salió campeón de la mano de Valdir Espinoza, luego de 10 años sin conquistar título alguno”, he’i.