El colombiano, actual zaguero de Nacional, revivió los inicios de su carrera y sus grandes logros en el fútbol. Dice que ya se siente “un paraguayo más”.

• Por Juan V. Duarte

Cuando Farid Díaz (37 años) llegó al Olimpia, ya era un futbolista consagrado internacionalmente, pero sus inicios fueron duros. Y en esta charla con Crónica, rememora su historia.

“Lo mío siempre fue el de tratar de conseguir cosas, siempre soñé con llegar lejos, en jugar profesionalmente, en estar bien, no solo llegar, sino prepararme para continuar, porque muchos futbolistas fracasan en el camino por esa falta de preparación”, contó de entrada el colombiano.

Agregó que sus inicios en el fútbol no fueron nada fáciles. “No pasé necesidades, porque desde que tengo 12 años comencé a trabajar para no pedirle dinero a mis padres. Fueron trabajos muy duros, hice de albañil, vendía cosas por las calles, frutas en una carretilla, vendía de todo para ganar dinero y comprarme mis botines para poder entrenar”, recordó.

Cuando le consultamos qué es lo que más le gusta de Paraguay, agregó: “Yo siempre voy a estar agradecido con este país, que valora mi trabajo, independiente del equipo que sea, me quieren por el futbolista que soy. Rescato también la tranquilidad, el vivir de la gente, que es muy amable, muy servicial, yo me siento un paraguayo más, me encanta el asado de este país, la carne es exquisita y los embutidos de acá son una delicia, los mejores. Ya he probado de todo, la chipa, la sopa paraguaya, me siento cómodo e incluso ya tengo mi cédula paraguaya”, remarcó.

“Extraño a mi familia, pero ya estoy acostumbrado a esta vida”

Farid vive solo en Paraguay y siempre que puede, se reúne con sus parces colombianos Álex Mejía y Daniel Bocanegra, excompañeros suyos en Nacional, que juegan en Libertad.

“Ahora estoy solo, extraño a mi familia (esposa e hijas), pero ya estoy acostumbrado a esta vida, es muy difícil, pero son años de estar concentrado, de viajar constantemente, porque ya es algo que forma parte de la vida de un futbolista”, reconoció.

De su presente en Nacional, reconoció que el equipo está buscando encontrar un punto de variabilidad y que en su nuevo puesto de zaguero central ya se siente a gusto. “Ya me gustaba la idea de jugar de central, faltaba que al profe le gustara la idea y me preparé para eso”, destacó.

Admiración por los Cabañas y el gran Roque

Farid era hincha del América de Cali y uno de sus ídolos de niño fue Roberto Cabañas. Pero quien le sacaba el sueño como delantero goleador fue otro Cabañas, el “Chava”, Salvador. “Dios mío, era imparable, yo decía, cómo hace goles ese hombre, era un goleador impresionante”.

Eso sí, el jugador que admira en el fútbol paraguayo tiene nombre y apellido: Roque Santa Cruz. “Es un señor dentro y fuera de la cancha, un ejemplo a seguir, tiene un don de gente impresionante, respetuoso, y como futbolista ni hablar, es del tipo de personas que te saluda, te da un abrazo y lo sientes, porque sabes que es sincero”, ponderó.

Ganar la Copa quedará siempre en el recuerdo

Multicampeón con Atlético Nacional de Medellín, Farid está cargado de glorias y recordó el título de la Libertadores del 2016.

“Es único y tienes que llegar ahí para que lo puedas sentir, es algo muy especial y con la satisfacción de haber estado en el once ideal de América de ese año. Es algo por el que te van a recordar siempre.

Tuvimos tropiezos, pero parece que uno saborea más cuando logra superar los obstáculos, fuimos un equipo que siempre respetó la idea de juego, con paciencia, aún cuando estuviéramos perdiendo ”, destacó.

Agregó que su corazón pertenece a Nacional. “Amo a Nacional, fueron 6 años maravillosos en el club, con 12 títulos. A Envigado (su club de origen) también, un club humilde donde hice mi transición y aprendí muchas cosas”, concluyó.