Por Juan Duarte

Ramón Ángel María Hicks Cáceres (61 años) no necesita presentación. Lo llamamos para hacerle la entrevista y le aclaramos que hubiéramos deseado hacerlo para hacer un repaso de su trayectoria, como el gran futbolista que fue en las décadas de los años 80 y 90, tanto en clubes de aquí, afuera y la selección nacional.

Pero el motivo fue otro: Ramón estuvo al borde de la muerte, a causa del covid, pero del que felizmente se está recuperando de a poco y aunque las secuelas le quedaron a full, lo abordamos sobre este terrible mal, que tiene en vilo a todo el mundo.

Aún con dificultades para respirar, Hicks comentó que lo suyo se agravó porque no se hizo atender a tiempo.

“Tengo secuelas, porque en mi caso me atrasé una semana para hacerme atender, tenía los síntomas previamente, pero recién después de siete días me hice el hisopado cuando ya me costaba un montón respirar”, refirió Ramón, muy agitado.

Agregó que la odisea que pasó fue la de muchos compatriotas, como está sucediendo en estos últimos meses por la falta de camas, medicamentos y otros insumos.

“Estuve divagando por todos lados, eso fue hace más de un mes, no había camas, medicamentos, ni oxígenos, de ahí que decidimos poner en casa lo que necesitaba, porque no quería estar en los pasillos de los hospitales, me fui a Limpio, luego a Luque y finalmente decidí venir a casa”, remarcó.

Ramón refirió que recién en estos días volvió a renacer. “Hace una semana volví a comer, pero necesito de 30 a 60 días para recuperarme del todo por la pulmonía bilateral (miocarditis viral pos-covid). Además, como yo tengo arritmia, se me complicó todo”, relató.

Casi sollozando, Hicks explicó también que nunca sintió tan de cerca la muerte. “No sabés lo que era, terrible”, aseguró.

Luego nos pidió un par de horas para seguir hablando de esa terrible experiencia, debido a que tenía que hacerse sus dos horas de oxigenación.

Apoyo de excompañeros y de sus propias hijas lo revivieron

Hicks solo tiene palabras de agradecimiento para todos. “Ya en su momento, me gustaría que me llames para agradecer a toda la gente, uno por uno, que me pasó una mano. Y acá no te hablo de la plata, que fue muy importante, sino el gesto. Yo estoy hace un año y medio prácticamente en la bancarrota, pero los amigos, excompañeros de fútbol y otros, me consiguieron medicamentos de Clorinda, la bomba de oxígeno… fue un apoyo increíble, hasta ahora lo sigo necesitando. También de mis hijas Meli y Yeni (cantantes), todo lo que ganan con sus actuaciones lo usaron para mi tratamiento”, comentó.