El exportero colombiano estuvo dos meses en Cerro Porteño, pero nunca le pagaron por lo que dejó Barrio Obrero, se iba a quedar en la calle, pero Eumelio Ramón Palacios le dio una gran mano.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

El fútbol paraguayo siempre tuvo una muy buena relación con los futbolistas colombianos, tal es así que hasta hoy en día los clubes de nuestro país se siguen nutriendo de atletas nacidos en la tierra del café y el vallenato.

En 1994 Jorge Humberto Rayo Tenorio, nacido el 30 de agosto de 1962 en Cerrito (Valle), llegó a nuestro país para fichar por Cerro Porteño, venía para reemplazar nada menos que a Farid Mondragón en el arco del Ciclón.

Pero lo que para él iba a ser un sueño, terminó siendo una verdadera pesadilla, firmó un contrato donde se estipuló que recibiría 5.000 dólares al mes; sin embargo, nunca le pagaron, dejó el club, contrató un abogado para reclamar lo que la institución de Barrio Obrero le adeudaba y al final este también se portó muy mal con él.

Crónica habló con el portero colombiano quien contó detalle por detalle de lo que pasó con él en Cerro Porteño, además de hacer un repaso por su exitosa carrera.

“En 1994 fui a jugar a Cerro Porteño, fui en reemplazo de un compatriota mío, Farid Mondragón, tenía muchas ganas de jugar en el fútbol paraguayo, pero las cosas no salieron como yo quería. Firmé un contrato donde se estableció que me iban a pagar 5.000 dólares al mes, estuve dos meses y nunca me pagaron. En ese momento el técnico era Paulo César Carpeggiani. La gente del club me abandonó, por lo que tuve que salir de allí. Si no fuese por Eumelio Ramón Palacios y su familia me hubiese quedado en la calle, jamás voy a olvidar lo que Eumelio hizo por mí. Imagínate que me dieron la cama matrimonial para dormir y ellos durmieron otro lado. Ellos me salvaron y siempre estaré agradecido”, confesó el exatleta cafetero.

Comenzó como un “10” y después…

Aunque parezca increíble Jorge Rayo comenzó a jugar al fútbol siendo mediocampista; es más, jugaba con la N.º 10 en la espalda, hasta que un día en las inferiores del Deportivo Cali le pidieron que cubra “por un rato” el arco y desde ese momento nunca más dejó el puesto. “Son cosas que pasan en el fútbol, fui feliz jugando de arquero”, apuntó.

Una dura lesión le impidió ir al Mundial de Italia en 1990

A Jorge el fútbol le regaló grandes y lindos momentos, pero al mismo tiempo le privó de otros que hubiesen llenado de alegría su corazón; en este sentido el hoy preparador de arqueros del Deportivo Cali contó que en 1990 estaba para ir a la copa del mundo de Italia, junto a René Higuita, pero una lesión en los meses previos al mundial le truncó el sueño.

“Yo estaba para ir a ese mundial, como todo jugador era mi sueño, pero una lesión me lo impidió. Esas cosas también tiene el fútbol, no todo es alegría, también hay momentos duros”, reflexionó.

“Locos como Higuita ya no hay hoy día”

Tuvo la suerte de compartir con grandes porteros, el mismo citó a Roberto “Gato” Fernández, René Higuita, Óscar Córdoba, Miguel Calero y Farid Mondragón como los mejores arqueros que vio, pero a uno de ellos lo describió como el “más completo”.

“René fue el mejor y lo fue porque era el más completo. Locos como Higuita ya no hay hoy día. Él marcó una época en el puesto y eso no lo hacen todos. Él arriesgaba sabiendo que podía perder la pelota y el partido, como le pasó en el mundial de Italia, pero igual lo hacía… sin dudas rompió todos los esquemas”, afirmó.

Campeón de Colombia y vicecampeón de América

Dejó el fútbol en 1997, su último club fue el Deportivo Cortuluá y al año siguiente ya comenzó a trabajar como preparador de arqueros en el Deportivo Cali. Ese mismo año, 1998, consiguió su primer título en Primera División como entrenador de arqueros y en 1999 formó parte del cuerpo técnico del Deportivo Cali que jugó la final de la Copa Libertadores de América ante Palmeiras de Brasil. También trabajó en Venezuela como P.A.