El expelotero, y hoy día DT, habló con Crónica e hizo un breve repaso de una exitosa carrera, campeonando con Cerro Porteño y el América de Cali.

• Por Ricardo Núñez

Gerardo González fue un líder y es muy recordado por su temperamento en las canchas. El “Monito” brilló tanto a nivel local como en el exterior, campeonando con Cerro a nivel local y luego convirtiéndose en el “Hombre de las Revoluciones” del América de Cali, conquistando 5 títulos consecutivos.

“Comencé jugando al fútbol en mi barrio. Un día uno de mis amigos me invitó para ir a probar suerte en Nacional. Gracias a Dios, el club me dio la oportunidad de llegar hasta en la Primera División. Estuve durante dos temporadas allí y luego ya se dio mi transferencia a Cerro”, historió el exfutbolista.

“Fui parte de un campañón de grandes jugadores azulgranas en el 77: Arrúa, Zaracho y Battaglia eran unos monstruos. Gracias a ese gran campeonato se da mi transferencia al fútbol colombiano. El resto es historia”, le bajó González, haciendo alusión a la colosa escuadra “escarlata” de la cual también fue partícipe.

El mismo sostuvo que su única cuenta pendiente como futbolista es no haber alzado la Copa Libertadores ni con Cerro ni con el América. “La Libertadores es algo muy representativo para un futbolista. Me quedo con aquella final ante Argentinos Juniors”, he’i. Ambos equipos habían triunfado por la mínima diferencia en sus respectivos estadios, entonces se tuvo que jugar un chute desempate, donde el conjunto curepí se terminó quedando con el trofeo continental en la tanda de penales.

“Solito en el estadio aplaudiría el trabajo del Chiqui”, comentó

El “Monito” es una palabra autorizada del Ciclón, ya que como DT también llevó al equipo a la gloria en dos ocasiones, donde incluso le tocó dirigir al Francisco Arce en su época dorada como pelotero azulgrana. “Yo creo que el trabajo que se encuentra haciendo Arce en Cerro es incuestionable, con un plantel muy corto y siempre descubriendo jóvenes talentosos. Yo solo en la ‘Olla’ aplaudiría de pie al ‘Chiqui’ en cada partido, porque siempre se las arregló como pudo como todo un profesional”, comentó el paraguayo-colombiano.

Sus golazos contra la “O” y el Grêmio

“Monito” he’i que tiene dos goles clavados en su corazón: “Me quedo con el gol que le hice a Grêmio en Brasil por Libertadores, que nos valió la clasificación a la siguiente ronda. Y el otro sería el tanto que le convertí a mi amigo Éver Almeida, cuando yo jugaba en Nacional y él atajaba en Olimpia”, tiró.