Comenzó chutando la pelota de fútbol en Recoleta, luego se decidió por el balón más pequeño y detrás de él hasta jugó cinco mundiales.

• Gerardo Benítez Monges

La pelota es su pasión, desde chico y de por vida. Comenzó jugando fútbol de campo desde los ocho años y por el camino se decidió por la pelota más chica, la del fútbol de salón y de futsal FIFA, que hasta hoy la sigue pateando, con 40 años encima.

Estamos hablando de José Luis Santander, quien en su juventud alternó en varias ocasiones el chute en la cancha grande y en la pista; campeón de la Intermedia con el Deportivo Recoleta en el 2001 y varios títulos ganados a nivel nacional con las dos modalidades menores, a más de ser varias veces mundialista con la Albirroja.

“Empecé jugando en la escuela de fútbol de Recoleta, de ahí me llevó la gente de la Asociación del Ministerio de Hacienda, de donde salían los semilleros para Cerro Porteño; recuerdo que estaba el papá de Diego Gavilán, don Antonio, quien ojeaba a los chicos. Fue así que pasé a Cerro Porteño, donde jugué hasta la Reserva, pero luego tenía que decidirme, pues también seguía jugando fútbol de salón. Hablamos con la familia y me decidí por la pelota chica”, contó a Crónica José Luis.

Dijo no estar para nada arrepentido de lo decidido, pues gracias a ese deporte tuvo la oportunidad de conocer a mucha gente y experimentar emociones únicas con los campeonatos y viajes al exterior. “No me quejo porque me fue bien en todo, fue lo que yo decidí. Jugué fútbol de campo, de salón, futsal FIFA, de playa; en definitiva, todo lo que quise jugar”, señaló. “Me siento eternamente agradecido, soy devoto del Divino Niño Jesús, ante Dios y la Virgencita de Caacupé; hoy día tengo 40 años bien vividos y bien cumplidos y no me arrepiento de nada”, apuntó.

“En mi primer llamado a la selección abracé a mi madre”

José Luis recordó la primera convocatoria que tuvo para integrar la selección nacional. “Mi primer llamado a la selección nacional fue en 1996, cuando yo jugaba por Recoleta; lo primero que hice fue abrazar a mi madre, es lo máximo para un jugador vestir la camiseta de su país, me acuerdo como si fuera ayer ese momento cuando sentí tanta alegría”, le bajó.

Agregó que “a partir de ahí siempre fui tenido en cuenta, tratando siempre de honrar la bandera paraguaya.

Gracias a Dios jugué cuatro mundiales con la selección de futsal FIFA y una con la selección de fútbol de salón, soy un bendecido”.

“El presi nos llevó a probar y ascendimos”

Para Santander, el Deportivo Recoleta es el club de sus amores, contó que ahí comenzó todo lo que hoy día sigue disfrutando y algo más. “En el 2001, el entonces presidente Juan Alberto Jacquet nos dijo a unos cuantos que jugábamos futsal FIFA para probar un año jugar fútbol de campo; fuimos cinco jugadores del plantel y nos quedamos. Tuvimos la bendición ese año de poder levantar al querido club, a nuestro barrio, a Primera División, porque hoy día es difícil conseguir eso. Formamos un gran plantel, fue espectacular lograr aquello con el club de mis amores”, recordó.

Fue luego de una final de película, contra Sport Colombia, al que ganaron para conseguir lo que hasta hoy día es el mayor logro de la entidad recoletana.

“La vida de un futbolista no todo es siempre color de rosa”

Santander jugó en un montón de clubes locales y del exterior, Colombia principalmente; participó de Copas Libertadores, mundiales y otras competencias, pero su base nunca dejó de ser su familia.

“Como deportista podemos destacar y agradecer siempre el apoyo de la familia, el respaldo es fundamental porque la vida de un futbolista no todo es siempre color de rosa. Mi madre Martina, mi padre Francisco y mis hermanas Rossana y Edith siempre estuvieron conmigo” contó, al tiempo de resaltar que es papá de dos hermosas nenas, Agostina de 8 y Martina de 7 añitos. Su comida preferida, el ñoqui de su mamá.