El mundialista, actualmente en filas de Nacional, dijo que la fiesta que ofreció Haedo Valdez muchos expeloteros tomaron como su despedida.

• GERARDO BENÍTEZ MONGES

Es un todoterreno en la cancha, un jugador con un sello personal único, de juego hasta exquisito y con pasta goleadora encima. Nos referimos al dos veces mundialista y campeón con varios clubes, el experimentado Cristian Miguel Riveros Núñez, quien se refirió en primer término a la despedida que tuvo el “León Guaraní”, su compañero de equipo en la Albirró, Nelson Haedo Valdez.

“Fue emocionante, desde todo punto de vista; más allá que fue la despedida de Nelson, hablando con los amigos coincidimos en que fue como si todo ese grupo tuviera una despedida, porque muchos compañeros están inactivos y otros pocos que seguimos jugando. La despedida de Nelson fue un poquito la de muchos otros compañeros, entonces le agradecimos a Nelson por haber organizado este evento y darles esa oportunidad a todos”, le bajó el internacional.

Recordó que “ya un día antes de ese partido de despedida tuvimos una cena en el CARDE (Ypané), fue como una concentración, recordamos los momentos que vivimos, más los buenos que los malos, porque también tuvimos momentos no tan agradables, pero todo fue emocionante y parte de esos buenos momentos fue el mundial y todo lo que pasamos en las eliminatorias y la gente ni qué decir, se portó como siempre, fue una linda ocasión también para retribuirles por todo el acompañamiento que siempre nos brindó”, acotó.

Contó que el recuerdo de todo lo que vivió con la selección nacional rememoró totalmente ese sábado de fiesta. “Todos estábamos ansiosos por volver a encontrarnos, como grupo y ante toda esa gente que siempre nos acompañó; había una química especial con el público”, señaló.

“Si no pasa nada raro”, Riveros quiere chutar hasta los 40 años

Cristian tiene una meta personal por cumplir y está a pasitos de ella. En ese sentido aseguró, “sigo una temporada más en Nacional; era el plan inicial, ya que voy a cumplir 40 años el año que viene y si no pasa nada raro, o si Dios no dice otra cosa, es la meta que me propuse. Siempre miré al grupo, al equipo, pero esto es algo personal”.

Respecto a su futuro dijo, “seguro que seguiré ligado al fútbol, después de tantos años lo voy a extrañar, pero no me apuro, voy a ir despacito. Estando activo, le doy al fútbol la importancia que se merece, luego veré si estudio para técnico, que será importante, o ver de qué manera sigo ligado al fútbol”.

Desde mitã’i luego le dio a la pelota

Recordando sus inicios, Cristian destacó que “desde que tengo uso de razón juego al fútbol, en la canchita de mi barrio, luego en el club Cristóbal Colón, de J. Augusto Saldívar, mi primer club, de donde soy yo”.

De su ciudad natal, Riveros pasó a Tacuary con apenas 15 años, luego a San Lorenzo, Libertad, Olimpia y hoy día Nacional. También chutó en equipos de México, Inglaterra, Turquía y Brasil. “Fue en Inglaterra que no pasé muy bien, después en la mayoría me fue todo bien”, tiró.

“El gol que le dediqué a mi papá fue el más importante y emotivo”

Y hablando más del Mundial de Sudáfrica 2010, Cristian recordó el gol que le hizo a Eslovaquia un 20 de junio de 2010.

“Creo que fue el más importante y el más emotivo que hice, porque fue en el Día del Padre; en lo personal, más allá de dedicarle a mi padre ese gol, creo que todos los padres del país sintieron esa dedicatoria y eso fue muy lindo”, manifestó. “Gracias a Dios, tengo la bendición de tener aún a mis padres”, contó.

Don Arsenio Riveros y doña Ramona Núñez de Riveros son los padres de Cristian, además con un montón de nietos. Sus hermanos son Darío, Liliana, Gricelda y Derlis.