El tovapuku que hay en el París Saint Germain luego del fracaso en la Champions, tras la derrota ante el Real Madrid, parece no tener solución, al menos por ahora.

Y los propios hinchas del equipo lo hicieron saber el domingo, desde el momento en que los jugadores entraron a la cancha y fueron recibidos con un tremendo abucheo en el Parque de los Príncipes, antes del partido con el Burdeos. A excepción de Mbappé, ninguno se salvó, incluyendo a Messi, Neymar y el mismo Sergio Ramos, que desde que llegó anda más lesionado que chutando.

El colmo se dio con Neymar al que incluso silbaron cada vez que tocaba la pelota. Lo mismo pasó con Messi. Con el rapai incluso ocurrió algo insólito. Cuando erró una clara ocasión frente al arco, los hinchas festejaron esa acción como si fuera un gol. La cara de Ney, frustrado, fue elocuente.

Por eso, medios franchutes aseguran que ya no quiere saber nada de seguir chutando en el club. Lo mismo que Sergio Ramos, al que desde hace rato vienen cañeando. El español tiene más fácil su salida, porque en junio podría romper el vínculo con el club, sin mucho drama. Sin embargo, con Neymar es distinto porque tiene contrato hasta el 2026 y sigue siendo un pelotero caro.

El que por nada del mundo se rajaría a mediados de año es Messi, porque más allá de lo deportivo, le genera recursos puretes al club y porque además, con la inminente salida de Mbappé (irá al Real Madrid), el astro curepa quedaría como gran referente para la temporada que viene.