Parece voi a propósito, pero hasta da qué pensar eso de que Giancarlos Juliadoza estira nomás luego las polémicas. El árbitro nuevamente se robó cierto protagonismo en el triunfo 2-1 de Cerro Porteño sobre Ameliano.

Esta noche no fue la excepción, sobretodo en el tramo final del partido. Tuvo algunos errores durante el partido, pero él mismo se encargó de llevarlo a la tensión máxima, primero con la rigurosa expulsión de Diego Churín, cuando este ya estaba fuera de la cancha, supuestamente por exceso verbal.

Después se sumaron otros, como el «penalito» cobrado a Brock (que ni protestó), así como cuando tuvo que recular, tras intervención del VAR, con la expulsión de Elías Sarquis, al que mostró la roja por una supuesta agresión a Jean, quien simuló una agresión.

Sus decisiones omo nerviosopa a los peloteros y aunque finalmente el partido se cerró bien, sus actitudes y criterio arbitral siempre generan una tensión innecesaria.

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