Un 23 de mayo del 2001, en el estadio Giuseppe Meazza de Milán, en Italia, se enfrentaron Bayern Munich de Alemania y Valencia de España en la gran final de la Liga de Campeones de Europa.
En tiempo normal (más la prórroga) empataron 1-1 y en la definición por penales ganó el equipo bávaro por 5-4 y se consagró campeón.
El paraguayo Roque Santa Cruz, que en ese entonces tenía solo 19 años, formó parte del plantel y se colgó al cuelo la medalla dorada.
El exOlimpia jugó ante Helsingborg, Rosenborg, PSG de Francia, Lyon, Manchester United, Real Madrid y estuvo en la banco de suplentes contra Valencia.
Después de esta consagración, hasta ahora, nunca más un paraguayo se consagró campeón del torneo más importante a nivel de clubes de Europa.
TE PUEDE INTERESAR:
La mejor cantera del país: Cerro Porteño pureó por sus “chicos”
Comentarios