El exarquero de Sol, Olimpia y otros clubes asegura que esa final de la Libertadores hubiera tenido otro desenlace de no ser por las bajas del equipo.

• Por Juan Duarte

Casi 21 años de profesionalismo en el arco y unos cuantos más en su proceso de aprendizaje del puesto representan un referente indiscutido. Jorge Antonio Battaglia Méndez (61 años) fue un excelente portero y vivió momentos de consagración y otros en los que estuvo también al borde del éxito.

Jugador total y de tiempo completo, en charla con Crónica, el ahora preparador de arqueros de las formativas de Libertad, refiere lo que significó y aún significa el fútbol para él.

“La verdad, el fútbol desde un comienzo ocupó el primer lugar, mi vida, mi pasión. Aparte de eso, me dio todo, tengo un buen pasar, sin problemas y hoy a mis 61 años sigo en esto, como entrenador de arqueros”, tiró Jorge de entrada.

El fútbol es éxito y los segundos puestos muchas veces ni siquiera se recuerdan. Battaglia fue el arquero titular de Olimpia en la Copa Libertadores de América de 1991, en cuya final el decano perdió el título ante Colo Colo (0-0 de local y 0-3 en la revancha).

“En el 91 nos quedamos cortos. No creo que hayamos estado mal, éramos lo que teníamos, en esa parte del año perdimos a 4-5 jugadores importantes que no pudieron jugar esa final. Raúl Amarilla se fracturó el tobillo en cuartos de final, Mario Ramírez se fracturó la mandíbula en un partido ante Colegiales, Gabriel González estuvo desgarrado y cuando volvió lo expulsaron en esa final, Adriano Samaniego tuvo un accidente y Virginio Cáceres fue expulsado”, remarcó. “De todas formas me reconforta saber que tuve la oportunidad de jugar esa final. Hay jugadores que nunca pudieron lograrlo”, refirió.

Esa espinita del “bi” y la Copa del 2002

“Claro que quer íamos gana r esa Copa, además nos hubiese gustado el bicampeonato luego de ganarla el año anterior, pero tuvimos que resignarnos”, agregó Jorge sobre aquella final perdida.

De todas formas reconoció que Colo Colo fue un justo ganador por lo que había mostrado.

Battaglia tuvo que esperar hasta el 2002 para, finalmente, festejar la consagración en una Copa Libertadores. Claro, ya no como jugador sino como preparador de arqueros del cuadro franjeado.

Admiración por Vicente Raúl y el rapai Bebeto

De los jugadores a los que enfrentó Battaglia, el que siempre le hinchaba era Miguel María Michelagnoli. “Estando yo en Sol y él en Olimpia siempre me hacía goles, pero cuando pasó a Cerro y yo a Olimpia, ya no lo hizo. Éramos amigos y siempre nos hinchábamos”, tiró.

En cuanto a los jugadores de mayor calidad con los que jugó y a los que enfrentó, no tuvo dudas: “He tenido muy buenos compañeros, Raúl Amarilla fue uno de esos. Y de afuera, el brasileño Bebeto, daba gusto enfrentarlos. Ellos me impresionaban”, aseguró.

Fillol y Gatti eran referentes

El puesto de arquero es el más ingrato, dicen los peloteros. Pero Battaglia siempre mantuvo una regularidad en sus años de profesional. Y a la hora de elegir a los porteros que fueron referentes citó a dos argentinos. ¿La razón? Sus formativas las hizo en tierras curepas.

“Antes no había entrenadores de arqueros y siempre me fijaba en el “Pato” (Ubaldo) Fillol, en sus gestos, su forma de atajar. Y de (Hugo) Gatti su forma de jugar adelantado, era muy rápido. Yo también era rápido y trataba de ser como ellos”, refirió.

“Ahora ganan en un mes lo que nosotros ganábamos en un año”

Battaglia también supo lo que es jugar en el exterior y rescata sus etapas en Bolívar y Estudiantes. “En Bolívar estuve un año y tuve la valla menos vencida, en 8 de 15 partidos no me hicieron goles.

En Estudiantes me fue bien en lo futbolístico, pero mal en lo económico. En Olimpia fue donde más me hice conocer y pude hacer una diferencia económica. Pero ahora ganan en un mes lo que nosotros ganábamos en un año”, remarcó. También tuvo breves etapas en Alianza Lima y el DIM de Colombia.